Mucho hemos escuchado que durante la pandemia se ha presentado una gran disminución en los gases de efecto invernadero (GEI), por otro lado, vimos imágenes maravillosas de los animales visitando las calles de las ciudades, esto era según los expertos el mismo confinamiento que estamos viviendo, sin embargo, mientras la humanidad permanecía encerrada en sus casas durante meses, ignoramos por completo la gran pérdida de cobertura forestal que está sucediendo en todo el mundo, pero principalmente en Latinoamérica.
La deforestación a nivel mundial creció un 12% en el 2020, según un estudio de Global Forest Watch, en donde señala que, entre los 10 países más afectados, cinco de ellos son de Latinoamérica, en el cual, nuestro país se encuentra en el peldaño número diez.
En México la deforestación durante el 2020 fue de 68 mil 423 hectáreas, mientras que el mayor impacto fue en Brasil con una perdida de un millón 704 mil 090 hectáreas. Los causantes de estas devastadoras perdidas de cobertura forestal, se deben a la actividad humana, algunas de las principales son: La explotación extrema de las tierras cultivables que obligan a tumbar más bosques, tala ilegal, los incendios forestales y la expansión de áreas urbanas e industriales.
Esto en verdad es una tristeza ya que los bosques juegan un papel importante en la moderación del flujo neto de algunos Gases de Efecto Invernadero (GEI) entre la tierra y la atmósfera, además nos ayudan en la regulación climática, así como en la conservación de los suelos y la gran biodiversidad que en ellos habitan.
Es de suma importancia tomar decisiones urgentes sobre el manejo de nuestros bosques, buscando aumentar el crecimiento de los mismos, mediante la forestación y restauración de los bosques degradados; ya que, si no lo hacemos, esto va repercutir directamente en empeorar el cambio climático.
Sin embargo, para llegar a estas decisiones, debemos asumir la responsabilidad que tienen los distintos actores respecto a la gran pérdida de bosques que estamos teniendo y que el gobierno deje de ser tan permisivo, con las prácticas clásicas de producción con grandes impactos ambientales.
Trabajemos en ser una sociedad realmente consciente sobre los daños ambientales que están ocurriendo por la actividad humana y exijamos a los Gobiernos políticas ambientales reales, fuertes y sobre todo aplicables.
Lic. Pamela Ibarra Dávila
Docente y Presidenta de Cultura Verde Amor por el Planeta A.C