Hermosillo, Sonora. – Para abatir los efectos de la sequía en beneficio de la población y principalmente a los sectores productivos en Sonora, 2 millones de hectáreas se recorrerán para estimular las nubes por medio de bombardeos con yoduro de plata para inducir la lluvia.
Ramón Antonio Sandoval Noriega, director general de la Comisión Nacional de Zonas Áridas (Conaza), informó que éste es un programa del Gobierno Federal destinado inicialmente a tres entidades (Chihuahua, Sinaloa y Sonora) y se estableció a través de la colaboración con la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) y la Fuerza Área Mexicana.
El titular de Conaza, señaló que en los dos lugares donde se empezó con los programas está funcionando de una manera muy eficiente, tanto en Chihuahua como en Sinaloa ha estado lloviendo de forma consistente.
Ramon Sandoval, advirtió que dependiendo de las pruebas iniciales, este día o en la semana se pueda arrancar con el programa de Sonora que corresponde a cinco cuencas: el Río Concepción, Río Mayo, Río Mátape, Río Sonora y Río Yaqui;
Y siete presas: Plutarco Elías Calles, Abelardo L. Rodríguez, Adolfo Ruiz Cortines, Agua Caliente, Ignacio R. Alatorre, Rodolfo Félix y Álvaro Obregón.
Marco Polo Martínez, coordinador del programa en Sonora, informó que en el caso de las presas, estos son sitios que el programa contempla tienen un registro de acumulación debajo del 60 por ciento e incluso en algunos casos como el de la presa Abelardo Rodríguez, con el cero por ciento.
El especialista explicó que este proyecto consiste en la aplicación de yoduro de plata en una solución de acetona en el área ya mencionada, que es liberado en la base de las nubes con humedad presentes, que detonará un proceso de formación de gotas y liberación de energía.
Esta combinación estimula la precipitación en las nubes casi de manera inmediata y con la ventaja adicional de concentrar humedad y dirigir la estimulación a través de la dispersión con trazos aéreos que permiten incrementar y hasta dirigir la cobertura de las precipitaciones de manera controlada.
Cabe destacar que esta práctica no es tóxica, sin embargo, en algunos lugares donde se extrae agua a profundidades de más de mil metros es donde se presentan problemas de toxicidad por el uso de arsénico y platino.
Alejandro Trueba Carranza, líder del proyecto de estimulación de lluvias, detalló que esta tecnología para estimular precipitaciones no genera ningún daño al medio ambiente.
Trueba Carranza, indicó que en las evaluaciones realizadas en el proyecto previo en Ensenada, B.C. durante los meses de febrero y marzo pasados a través del método de voltametría que detecta hasta 1 parte por billón de plata en el agua de lluvia producida mediante la estimulación no se registró la presencia de plata, y a través del método de cromato de potasio hubo trazas muy por debajo de los límites permisibles para la plata como contaminante.