Este reportaje forma parte del Hub de Periodismo de Investigación de la Frontera Norte, un proyecto del International Center for Journalists, en alianza con el Border Center for Journalists and Bloggers.
Por Jesús Peña
Fotos de Omar Saucedo y Luis Salcedo. Semanario / Vanguardia
Diseño y fotoarte de Edgardo Barrera
Mientras los ambientalistas de Pronatura luchan por la conservación y restauración de Cuatrociénegas, 600 ejidatarios pelean por las aguas milenarias que, dicen, dan vida a sus parcelas. Se habla de daño ecológico, de millones de pesos en obras tiradas, de la participación de empresas privadas, hasta de amenazas de muerte.
El foco de la disputa en torno al humedal más diverso del mundo es un canal de 80 kilómetros nombrado Saca Salada. Este atraviesa el valle como una serpiente en el desierto y, según especialistas, desangra entre 80 y 90 millones de metros cúbicos de agua cada año. Si se considera que la captación anual es de 100 millones la pérdida es inmensa.
Sin embargo, la Comisión Nacional del Agua precisa que en realidad el desperdicio no llega ni a los 30 millones de metros cúbicos. Así lo dijo el director del área de Infraestructura Hidroagrícola del Organismo Cuenca del Río Bravo, Jaime Gudiño Zárate.
No obstante, las acciones de la dependencia no han sido suficientes, pues los últimos trabajos en la zona se hicieron en 2012 cuando se entubaron entonces 25 kilómetros de con PVC. El resto del tramo continúa sin acciones que eviten que el agua se desaproveche.
Los trabajos pararon porque Conagua tuvo algunos inconvenientes con la Comisión Nacional de Áreas Protegidas y SEMARNAT por la manifestación de impacto ambiental.
Señaló también que los ambientalistas no se han ceñido a los protocolos adecuados y han tomado decisiones unilaterales sin autorización. Por otra parte, confirmó que los ejidos que se quiere beneficiar del líquido tiene concesiones.
–La mayor parte del agua se desperdicia. Riegan por inundación con métodos primitivos –dice Mauricio de la Maza Benignos, investigador especialista en recursos naturales y desarrollo sostenible–. La mayor parte del año el agua se va al río, hasta el mar, a La Amistad, ¿o qué presa está allá abajo? La Falcón que es la que sigue… Es una grosería, un pecado, lo que está pasando ahí.
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