El actual gobierno priista de Claudia Pavlovich, así como el anterior gobierno del PAN, no tuvieron la visión o no les interesó, por privilegiar intereses particulares, generar un desarrollo y crecimiento sostenible de la economía sonorense. Un elemento central para ello es la atracción de inversión extranjera como complemento a las inversiones locales y del gobierno. La combinación de estos tres actores permite incrementar los niveles de producción, de empleo, y de salarios, haciendo más competitiva a la región e incrementado las exportaciones a los mercados internacionales. Los niveles de inversión extranjera registrada en el período del actual gobierno ascendieron solamente a 2 mil 64 millones de dólares, y los niveles de exportaciones han sido los más bajos registrada en los últimos 10 años.
El gobierno de Claudia Pavlovich no aprovechó la localización geográfica como ventaja competitiva, ni tampoco diseñó programas modernos de atracción de inversión que permitieran un crecimiento de largo plazo, y en cambio llevó al Estado a un bajo nivel de actividad que lo ubica a la cola de los estados de la frontera norte.
Las teorías de comercio internacional señalan la importancia que juega la localización geográfica en el desarrollo de las regiones. La frontera norte, y especialmente el Estado de Sonora, por su posición geográfica, ha influido para que su dinamismo esté vinculado con la economía de los Estados Unidos. Sin embargo, algo sucedió, y Sonora perdió el vínculo con el ritmo de crecimiento del país vecino, cuando en el resto de los estados fronterizos no sucedió lo mismo. Al parecer la localización por sí sola no garantiza que nuestra entidad se vincule de manera directa con el crecimiento de los Estados Unidos; para ello son necesarias políticas que generen ventajas competitivas de la región.
Industrialmente, la estructura económica sonorense se ha diversificado, aunque en los últimos años se ha concentrada en la fabricación de equipos de transporte, en la producción alimentaria, en la fabricación de equipo de computación, en la industria metálica, y en la minería. Éstas, en buena medida, junto con el sector primario exportador y de turismo, han determinado el ritmo de crecimiento económico, los ingresos de los trabajadores, y el bienestar en general de la población de la entidad. ¿Si contamos con una posición geográfica privilegiada y una economía diversificada, por qué la economía sonorense no ha crecido de manera permanente? Ante ello surgen algunas interrogantes: ¿Qué factores o causas afectaron la trayectoria de crecimiento de la economía sonorense?, ¿qué sucedió en el período 2016-2019 con las tasas de crecimiento de la economía sonorense?
En los últimos 22 años el dinamismo de la economía regional se puede observar en los siguientes datos duros. En el periodo 2000-2012, con excepción del año 2008, la entidad logró mantener ritmos de crecimiento superiores al registrado a nivel nacional. En los años 2014 y 2015 el crecimiento económico de la entidad, aunque positivo, fue inferior al nacional. A partir del período 2015-2016 es donde se registra una de las mayores tasas de crecimiento de la actividad económica, con el 5.6% de crecimiento logrado hasta la fecha. En ese periodo la economía sonorense presenta una tasa de crecimiento superior a la meta de crecimiento del 4,5%, y a partir de ahí presenta tasa de crecimiento negativas, o muy bajas tasas de crecimiento.
En la figura 1 se confirma lo señalado párrafos arriba, durante cuatro trimestres, antes de la crisis de la pandemia, la actividad económica presentó una tasa de crecimiento negativo: un trimestre registró cero crecimiento, y los demás una tasa de crecimiento menor al dos por ciento, cifras que están muy lejos del objetivo de crecimiento anual. Durante la pandemia se presentó una tasa de crecimiento negativas del -14% y -7% en el segundo y tercer trimestre de 2020, respectivamente, afectando sobremanera los niveles de actividad económica.
Antes de la crisis de la pandemia, la actividad económica de Sonora estaba presentando tasas de crecimiento negativas, cuando en ese período la economía de los Estados Unidos presentaba tasas de crecimiento cercanas al 3%, lo que confirma nuestra hipótesis de que la economía regional se desvinculó con el ciclo de crecimiento económico del país vecino del norte. Para hondar en el tema es importante analizar la evolución de dos variables claves en el desarrollo de las regiones: la inversión extranjera directa y las exportaciones.
La Inversión Extranjera Directa (IED)
La inversión extranjera directa es aquella que tiene como propósito crear un vínculo duradero con fines económicos y empresariales de largo plazo por parte de un inversionista extranjero en el país receptor. Sin duda, el aporte de la IED es que puede generar crecimiento económico de las regiones, y tiene como ventajas importantes la creación de empleos, el contacto con nuevas ideas, implementación de nuevas tecnologías y prácticas de trabajo, acceso a mercados, mayores recaudaciones impositivas, etc. La inversión extranjera registrada en Sonora ha tenido un comportamiento muy errático, ya que mientras que en 2016 se registró un total de 498 millones de dólares, para 2018 presentó el registro más bajo, con solo 159,8 millones de dólares, incrementándose a 578 millones de dólares en el año 2020. La Inversión acumulada en esos años (2016-2020) fue de 2,064 millones de dólares, cifra que representa un promedio anual de 413 millones de dólares.
Para medir la magnitud de la variación de la inversión extranjera, basta con señalar que en el año 2014 llegaron un poco más de 2,100 millones de dólares, y que, en los tres primeros años del sexenio de López Nogales, antes del proceso de globalización, el monto registrado de inversión fue de 2,150 millones de dólares. Estos datos comparativos muestran que la inversión registrada en el actual gobierno es de las más bajas en la historia reciente del Estado de Sonora.
La posición de Sonora, en relación con la inversión extranjera, se ve muy debilitada si la comparamos con otros estados de la frontera norte. En el siguiente cuadro se presenta la inversión extranjera acumulada en el período 2016-2020 en los estados con localización geográfica cercana a los Estados Unidos.
En el monto acumulado de inversión extranjera destaca el Estado de Nuevo León con 15 mil 479 millones de dólares, seguido por Coahuila, con casi 10 mil millones de dólares, le siguen Chihuahua y Baja California con 7 mil millones de dólares cada entidad, y Tamaulipas con 6 mil 504 millones. Sonora aparece la final de la lista con tan solo 2 mil millones de dólares. Sobresalen en ese cuadro dos cuestiones importantes:
I. Podemos notar que los Estados con más violencia, en comparación con Sonora, siguen atrayendo más inversión extranjera, por lo que podemos afirmar que la violencia en Sonora no es la causa que inhibe la inversión extranjera, que hay otros factores que están influyendo en forma determinante para que esa inversión no fluya de manera permanente.
II. El proyecto de integración regional entre Sonora y Arizona, denominado Mega-región, desapareció como por arte de magia. La multicitada Mega-región fue un verdadero fraude como proceso de integración económica regional. El anuncio de este proyecto buscó más efectos mediáticos que una verdadera integración económica regional.
En la siguiente entrega se analizará un poco más el papel de la Mega-región y las exportaciones de Sonora, y con ello confirmar que urge un gobierno con una renovada visión que proponga una nueva forma de integración regional, ya que tanto el gobierno actual como el anterior no lograron comprender el fenómeno, y los sonorense están pagando con creces ese craso error.
Por Carlos Germán Palafox Moyers
* Docente-Investigador del Departamento de Economía de la Universidad de Sonora y presidente del Observatorio Ciudadano de Convivencia y Seguridad del Estado de Sonora.
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