Por Germán Carbajal
Hace 18 años, la señora Luz Elva aprendió a hacer raspados en su casa de la colonia Sahuaro en Hermosillo y comenzó regalándolos a los vecinos para que probaran su sabor. Al poco tiempo fueron las mismas personas quienes la impulsaron a emprender y vender los productos.
El negocio fue creciendo y sus hijas se hicieron cargo de él, con la peculiaridad de que cada año buscan tener un antojo innovador para seguir en el gusto de los hermosillenses. Pero la llegada del covid-19 significó un parteaguas en su historia y el establecimiento cerró sus puertas por un tiempo que la familia no había imaginado.
A pesar de ser del giro comercial permitido para seguir laborando, decidieron poner un alto y evitar contagios de coronavirus en su hogar. Fue más de un año lo que permanecieron sin abrir por la contingencia sanitaria, lo que provocó una difícil situación económica.
“Fue muy fuerte la impresión porque nos preocupamos bastante porque mis papás son diabéticos e hipertensos y ya están grandes. Decidimos, entre toda la familia, mejor cerrar por el bienestar de ellos. Fue un golpe muy fuerte, prácticamente dependemos del negocio y al no abrir fue algo muy complicado para todos”, señaló Angélica Gracia, una de las encargadas del lugar.
Con el paso del tiempo poco a poco fueron sorteando los gastos que se generaban y, aunque pensaron abrir en meses pasados a petición de los clientes que lo solicitaban, la familia Gracia antepuso el cuidado de su salud y prefirió reinaugurar su establecimiento en abril, ya que diera inicio la temporada de calor.
En el famoso sitio, ubicado al norponiente de la capital sonorense, se puede encontrar combinaciones de todo tipo, desde preparados fríos a base de frutas, una rica nieve, todo tipo de frituras, elotes preparados, cóctel, hasta hot-dogs. Todo esto ha ayudado a que la refresquería sea una de las más populares del sector.
Ahora, tanto hermanos como padres tienen un único reto: Brindar la misma calidad de atención a los clientes y ofrecer una mejor gama de productos para recuperar, primeramente, a los visitantes, ya que afirman que “lo económico vendrá por añadidura“.
“Aquí los esperamos con la misma calidad, las mismas ganas, con toda la higiene y seguridad para el cliente. Aquí los esperamos en Chetumal, esquina con Vicente Mora, en La Casa de los Raspados”, subrayó Angélica.
De la misma forma que hace casi dos décadas, la familia Gracia abrió de nuevo desde este 14 de abril las puertas de su hogar y su negocio de miércoles a lunes con horario de 15:00 a 20:00 horas.