Oíste que llegó la vacuna para prevenir el contagio del #covid19, una gran noticia sin duda que nos pone muy contentos, ya que por fin vacunaremos a nuestros abuelos y adultos mayores, solo bastó un año para que los científicos lograrán este avance después de grandes costos humanos, ahora me pregunto lo siguiente: ¿por qué en más de 200 años no se ha logrado una vacuna para la drogadicción? Una enfermedad mental tan desafiante para todos los países del mundo de la cual nadie se ha podido librar. La realidad es que no hay vacuna para el rechazo infantil, los abusos, los descuidos, los traumas y los descuidos desde el centro familiar.
Algunos especialistas y expertos han pronunciado que un valor espiritual como el perdón es la base de la salud integral, de poco sirve tener un cuerpo sano y un cerebro enfermo, o mantenerte físicamente en forma pero espiritualmente obeso y egoísta, cada vez toma mayor relevancia el cuidado emocional por ello, en nuestro trabajo educativo implementamos algo que los países desarrollados llaman “la educación para la salud” en pocas palabras prevenir riesgos emocionales como las dependencias a drogas.
¿Cuándo llegará la vacuna para el sufrimiento? ¿Hay vacunas para la baja auto-estima?
Desde mi particular punto de vista “amor y perdón” son los mejores anticuerpos, es impresionante el poder que recibe una persona que verdaderamente se siente amada, nadie la frena, adquiere una fuerza sobrenatural que la motiva a lograr cualquier cambio en su vida e intentar grandes desafíos. El perdón, nos ayuda a soltar las piedras, los abusos y sanar los golpes que la familia sobre todo nos marcó en nuestro cerebro, pero también cuando aprendemos a pedir “perdón”, nos situamos en la posición que nos corresponde como seres humanos, recordamos que somos imperfectos y que también lastimamos, así tenemos que utilizar el perdón para derribar los muros para darle espacio a la reconciliación en nuestras relaciones.
La drogadicción es una epidemia familiar y el amor es una vacuna tan efectiva que tan solo con una dosis se te doblan las rodillas, esta sustancia no la encuentras en un “yongo” en farmacia o en un “tiradero” porque viene del cielo, solo basta tomar la decisión de cambiar siempre y cuando se tenga el deseo de mejorar.
No hay vacunas para el amor de Dios, Él te ama y contra eso no puedes hacer nada.