Hermosillo, Sonora.- Después de un año de cierre por la pandemia de covid-19, la Universidad de Sonora está recobrando vida: en el segundo día de vacunación contra el virus en Hermosillo, el lugar se llenó ya no de estudiantes, sino de adultos mayores de 70 a 74 años que recibieron sus dosis.
“¡Qué maravilla! El mejor sitio de vacunación que conozco es aquí en la Unison: la logística, la organización, es impresionante”, dijo el señor Arnoldo Arias Villalpando, desde su vehículo, justo después de aplicarle el biológico.
No esperó en absoluto: desde que ingresó a la universidad, no detuvo su carro hasta concluir el proceso en pocos minutos.
“Estoy muy emocionado”, continuó don Arnoldo, “que [la vacunación] sea de bien para todo México”.
La Unison prestó toda su infraestructura y recursos para el operativo conjunto con el IMSS, Secretaría de Salud, Secretaría de Bienestar, Cruz Roja y Guardia Nacional: 300 estudiantes y coordinadores de enfermería, psicología, trabajo social, medicina y otras escuelas trabajan como voluntarios en diversas áreas, como el Centro de Cómputo donde 100 de ellos capturaban datos y otros más participan en el registro de adultos, en las células de vacunación y con atención y supervisión médica.
También el equipo de Seguridad Universitaria ha sido vital para coordinar el flujo vehicular y el orden en el estacionamiento multinivel que se convirtió en el centro de vacunación, así como las calles interiores de la institución que sirven como circuito para los asistentes que pasan a través de dos filtros.
Socorro Reyes Hinojosa, con 86 años recién cumplidos el lunes, dijo estar contenta de recibir la vacuna como regalo.
“Me siento bien, gracias a Dios, me encontré con gente tan linda”, dijo la vecina de la colonia Centenario en referencia a la atención recibida del personal de salud, “le estaba platicando a mi hija que qué hermoso, qué bien acondicionado está todo”.
El primer día de la jornada se aplicaron mil 527 dosis de la vacuna AstraZeneca en las seis células instaladas y, de hecho, tuvieron que pedir una segunda carga de dosis porque al inicio contaban con 840, pero conforme avanzó el día, la cantidad de gente se duplicó. Aunque la puerta fue cerrada a las 18:00 horas, el equipo de trabajo se quedó hasta atender al último adulto mayor que quedó dentro, ya hacia las 20:00 horas.
Para el segundo día de la jornada, este miércoles, se cuenta con una primera carga de mil 80 vacunas y, aunque dadas las circunstancias del día anterior se decidió ampliar la cantidad de mesas de vacunación de seis a diez, el flujo de asistentes durante la mañana fue mucho menor, situación que se modificó rumbo al mediodía, con un mayor registro de asistentes.
Juventino Córdova y Rosalba Herrera, esposos de 73 y 68 años, dijeron estar agradecidos por la atención, pues ella tiene prótesis en cadera y rodillas que le dificulta moverse y la posibilidad de vacunarse en su carro les pareció una gran opción.
“Mucha organización, mucha eficiencia y muy buen trato”, dijo Juventino y recomendó acudir a la universidad a todos los adultos mayores que tienen dudas o temor a la vacuna, “tengan confianza, todo es para el bien de todos nosotros, para progresar en este combate a la pandemia; que se vacunen para estar protegidos y protegernos unos con otros, lógicamente”.