Hermosillo, Sonora. “Mi hermano me la quitó. Fue a la escuela por ella, la violó y la mató”, contó la madre de Verania Elizabeth Ramírez Jiménez, niña de 13 años que fue asesinada por su tío en octubre de 2013, en Hermosillo.
Las voces alrededor cesaron, se empuñaron las manos y las mujeres guardaron silencio para escuchar la historia de Verania, una menor de edad que desapareció en octubre de 2013 y días después fue encontrada sin vida, en un terreno baldío de la colonia San Luis.

Con la fotografía de la pequeña en manos, durante la marcha conmemorativa del 8 de marzo en Hermosillo y entre lágrimas, a gritos, su madre narró cómo le fue arrebatada la vida por su tío, quien días después de encontrado el cuerpo, confesó el feminicidio.
“Me la quitó. Él no sintió. Fue a la escuela por ella, a la secundaria, y a mediodía la agarró, la mató y la violó”, contó mientras un grupo de mujeres la abrazó, la consoló y le gritó una y otra vez que no estaba sola.
Después, la acompañaron hasta donde estaba escrito “Por Verania”, dentro de un corazón morado, frente a las escalinatas del Museo de la Universidad de Sonora, en memoria de su pequeña hija. “Mira mi vida, tu nombre. No había querido venir aquí, pero mira”, le decía a la fotografía.
Este fue solo uno de los muchos testimonios que se escucharon durante la tarde del 8 de marzo, donde cientos de mujeres se reunieron para exigir justicia por todas las asesinadas y desaparecidas en Hermosillo, en Sonora y en México.
Según el Instituto Nacional de las Mujeres, los 10 diez municipios que concentraron el mayor número de presuntos delitos de feminicidio en 2019 fueron: Monterrey, Culiacán, Ciudad Juárez, Xalapa, Guadalajara, Centro, Coatzacoalcos, Iztapalapa, San Luis Potosí y Nogales.
En 2020 se registraron en el país 969 feminicidios, según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP); un incremento del 0.01 por ciento respecto a 2019.