Nzambi Matee, una ingeniera de materiales keniana, desarrolló un proceso que le permite transformar desechos plásticos difíciles de procesar en adoquines con una resistencia notablemente superior a los elaborados con hormigón.
Para hacerlos, Gjenge Makers, empresa fundada por Matee en 2017, utiliza como materia prima polietileno de alta y baja densidad, así como polipropileno, unos tipos de plástico que generalmente son complicados de reciclar.
Hasta el momento, se estima que han reutilizado alrededor de 20 toneladas de estos materiales, de acuerdo con Reuters.
Durante la fabricación de los bloques, los residuos plásticos se mezclan con arena y se calientan a muy altas temperaturas. Después, la mezcla obtenida se introduce en una prensa, en donde es comprimida para darle su forma y tamaño final. El producto resultante “pesa casi la mitad” que otros tipos de adoquines, y es “entre cinco y siete veces más resistente” que los hechos de hormigón, señaló la ingeniera.
Actualmente, la compañía fabrica entre mil y mil 500 adoquines cada día, los cuales son comercializados a un precio promedio de unos 7.70 dólares por metro cuadrado. Sin embargo, se espera que este año se instale otra línea de producción, lo cual permitirá triplicar la producción diaria y comenzar a fabricar ladrillos de construcción.
El proyecto recibió en diciembre de 2020 el premio Jóvenes Campeones de la Tierra, iniciativa del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, por desarrollar materiales de construcción alternativos, sostenibles y asequibles, así como por promover la cultura del reciclaje en Kenia y África.
Con información de RT.