Columna Diálogo
El mundo podría refrescarse con una nueva oleada de líderes más técnicos y menos extremistas de confirmarse las tendencias que indican un posible triunfo del candidato demócrata Joe Biden como presidente de Estados Unidos.
Son diversos los temas torales que han sido motivo de análisis y proyecciones entre asesores, especialistas y economistas sobre las posibilidades de triunfo de Joe Biden o la reelección del presidente Donald Trump.
Pero en lo más simple en muchas ocasiones está lo más importante: nos referimos a la esencia, las convicciones que definen la personalidad y la forma de conducirse de todo ser humano, en este caso de ambos candidatos.
Sus perfiles son contrastantes y ello facilita la decisión del voto. Lo más difícil en una campaña electoral es marcar la diferencia entre una opción y otra, especialmente cuando hoy en día en política todo se percibe igual.
Por ello sostenemos que si se concreta el triunfo de Bidenes muy posible que sea el inicio de la llegada al poder de una generación más especializada, más profesional, más prudente.
Con una apuesta mayor al diálogo y menos a la confrontación; no extremista o pro de una política ‘bravucona’ como la que ha distinguido al presidente Trump y otros líderes políticos que fueron llegando al poder en América Latina en la última década.
Sin profundizar mucho salta esa posibilidad de una nueva oleada de políticos formados profesionalmente en la honorabilidad de la palabra, los acuerdos y la tolerancia.
Y quizá sea justo esta la clave de las preferencias entre Trum y Biden: que los votantes estén decidiendo no solamente lo que quieren para su país, sino lo que no quieren para su país.
Como una especie de atracción en el pasado reciente en diversas regiones de América Latina -entre ellos el propio México- comenzaron a arribar al poder líderes con perfiles similares: atrabancados, bravucones, de estrategias divisorias, con discursos extremistas y porqué no decirlo hasta dictatoriales; gobiernos que han enfrentado a la sociedad entre sí como estrategia política y económica.
De ganar Biden el primer mensaje al mundo sería de rechazo a este tipo de gobiernos populistas.
Y es que los extremos como llegan se caen, es algo inevitable. No es perdurable su permanencia simple y sencillamente porque no hay sociedad que lo soporte ni economía que aguante; tal vez políticamente sea redituable de manera temporal pero no más allá de eso.
Sin demeritar sus propuestas la verdad es que sus perfiles contrastan, resaltando la personalidad bélica de Trump VS la personalidad sensata y reposada de Biden.
Por otra parte, los ojos del mundo estarán sobre EEUU, pero además también sobre las reacciones en México, el país más cercano geográfica y comercialmente hablando, pues si gana Bidenimpactará en temas específicos en nuestro país, principalmente el energético, exportaciones y la novedad en el T-MEC, la política laboral.
Pese a que ya hay un acuerdo firmado que estamos obligados a cumplir de ambos lados, los especialistas prevén menos incertidumbre con Biden en la toma de decisiones, mayor estabilidad en el tema arancelario y seguramente con más oportunidades de acuerdos en cadenas de valor de la región.
Recordemos que Biden siendo parte del Senado en EU votó a favor de los dos tratados comerciales, el primer proyecto del TLCAN y también el último; es decir, sus acciones anticipan una mayor conciencia y compromiso bilateral con México.
Por otro lado si gana Trump no se perciben grandes cambios en la relación con nuestro país, él mantendrá sus posturas en todos los temas y por supuesto el gobierno de México igual.
El riesgo según los analistas está en el margen de la elección entre los contrincantes, pues si el porcentaje es muy pequeño o no lo suficientemente amplio para que el aún presidente Donald Trump acepte los resultados de inmediato se reflejará en la incertidumbre y volatilidad económica.
En conclusión, el proceso electoral en EU que definitivamente de una u otra forma siempre impacta en el mundo, puede traer consigo en esta ocasión esa nueva oleada de líderes menos bélicos, más conciliadores con mayor sensatez, prudencia y tolerancia.