El problema no es el dinero si no el amor al dinero.
El dinero es un instrumento para suplir nuestras necesidades, expandir la paz y la justicia y para darnos experiencias y algún que otro detalle.
La manera en la que gastas tu dinero refleja tu manera de pensar y de vivir.
La pregunta es: ¿En qué invertimos o gastamos más?
1. La familia (Momentos y experiencias que fomenten la unidad).
2. Cosas materiales (Joyas, planes tecnológicos, autos etc.).
3. Vicios y placeres (Alcohol, fiestas, sexo etc.).
“Dónde está tu dinero ahí esta tu corazón”
El dinero puede comprar muchas cosas, pero no puede comprar valor. El valor es el que tú le das a las cosas. Lo que tiene más valor es por lo que no puedes pagar.
El dinero compra un asiento en primera clase, pero no un lugar en el cielo eterno.
El dinero compra marcas, pero no autoestima.
El dinero compra sexo, pero no amor.
El dinero compra juguetes para los hijos, pero no puede comprar una relación de calidad.
El dinero te da poder, pero no carácter.
El dinero paga grandes clínicas de rehabilitación, pero no puede comprar rehabilitación.
No persigas el dinero, persigue tu pasión y el dinero te va a estar buscando.
No te afanes acumulando riquezas;
no te obsesiones con ellas.
Proverbios 23:4
El dinero no cambia a las personas, solo demuestra lo que realmente son.
El dinero produce diferencias sociales. Pero la realidad es que el cielo no existen las clases sociales. Lo que traes en la cartera no te llevará al cielo o al infierno, pero lo que traes en tu corazón sí.
Mueren los pobres y mueren los ricos
En el día de la ira de nada sirve ser rico,
pero la justicia libra de la muerte.
Proverbios 11:
“Quien hace todo por dinero termina dándolo todo por dinero”.