La salida de Alfonso Durazo de la Secretaría de Seguridad Ciudadana federal, si es que aspira a gobernar Sonora, debe registrarse a más tardar el 30 de octubre. Hay tres nombres que en Palacio Nacional suenan fuerte para su posible sustitución.
Llama la atención el de Manuel Espino, quien como presidente del PAN al final del sexenio de Fox, condujo parte del plan para desaforar a López Obrador como jefe de Gobierno de la CDMX y en la campaña de Felipe Calderón participó en la estrategia negra para vender la idea de que Andrés Manuel era un peligro para México.
Pero ¿Cómo se dio la relación entre ambos después de ese historial del ex panista? Su repulsión por Calderón terminó juntándolos. Con su movimiento político Ruta 5 —tras una fallida alianza con el PRI— Espino terminó como aliado del ahora Presidente, porque fue clave para operar a su favor en bastiones puramente panistas.
El famoso corredor azul del Estado de México que comprende Naucalpan, Atizapán, Cuautitlán y Huixquilucan quedó en manos de Espino y éste entregó buenas cuentas al partido del tabasqueño, al grado tal que la candidata del ex panista, Patricia Durán, ganó rotundamente por Morena la elección en la primera alcaldía.
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Andrés Manuel lo tiene tan bien considerado, que a pesar de que a Durazo no le gustaba la idea de que llegara a la Comisaría de Servicio de Protección Federal de la Secretaría de Seguridad, se sostuvo en el cargo, y ahora recorre el país armando alianzas de profesionalización de policías locales y de reclutamiento.
Entre los atributos que lo destacan como probable sucesor de Durazo, es que es considerado un hombre de tolerancia cero y mano dura, perfil que le viene como anillo al dedo al proyecto de seguridad del jefe del Ejecutivo en la nueva etapa de la policía, que deberá terminar de empalmar el trabajo con la Guardia Nacional. Fuentes de primer nivel aseguran que, en los últimos meses, Espino ha participado en reuniones del gabinete como observador, sin voz ni voto, pero siempre anotando, para llevar a los estados la implementación de la estrategia federal.
Los otros personajes en la lista son Marcelo Ebrard, a quien no hay que descartarlo por la confianza que le tiene el Presidente y por su experiencia al frente de la policía capitalina cuando López Obrador era jefe de Gobierno, pues logró reducir 9.2% los delitos.
El tercero en la lista es Ricardo Mejía, subsecretario de Seguridad Pública, quien es visto como un hombre confiable: ha sorprendido a las Fuerzas Armadas por su visión, manejo de información y estadísticas, así como coordinación para el trabajo en equipo. Tiene a su disposición el manejo de un grupo táctico para la lucha contra los secuestros y lleva la relación en esos temas con Estados Unidos, entre otros asuntos. Ya veremos de qué cuero salen las correas.
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Uppercut: No pueden sentirse oposición digna ni respetable cuando vituperan nada más y a la hora de debates clave del país, como el fin de los fideicomisos, se ausentan de las sesiones, ¿verdad, Damián Zepeda?