LA PAZ, Bolivia (AP).- A pesar de que la autoridad electoral no había contabilizado más que 5% de las actas, el expresidente Evo Morales dijo la noche del domingo que su heredero político, Luis Arce, ganó las elecciones presidenciales en Bolivia y que se está “escondiendo el gran triunfo de partido” con una demora en el cómputo de los resultados oficiales que avanzaban a cuanta gotas cinco horas después del cierre de las urnas.
“Se ha producido una victoria del MAS, Lucho presidente”, dijo el líder político que vive exiliado en Argentina.
Al poco tiempo, una encuesta de salida privada dijo que Arce encabezaba los cómputos con el 52,4% de los votos mientras que su rival, el expresidente centrista Carlos Mesa, tenía 31,5%. Estos resultados no oficiales fueron difundidos por la cadena Unitel con base en conteos rápidos.
La encuesta se realizó con entrevistas presenciales que abarcaron 13% de los recintos de votación y tiene un margen de error de 1.4 puntos porcentuales.
Si las cifras de Unitel llegaran a confirmarse, Arce habría ganado en primera vuelta. Para obtener el triunfo en la primera ronda es necesario que el puntero obtenga el 50% más uno de los votos o un mínimo de 40% de los sufragios y al menos una diferencia de 10 puntos porcentuales sobre el segundo candidato más votado.
Poco antes de que se diera a conocer la encuesta de salida privada, el portavoz de Mesa, Ricardo Ballivián, dijo que esperarán los resultados oficiales antes de pronunciarse.
Tras una jornada electoral que se llevó a cabo con tranquilidad, el conteo de votos transcurría con lentitud mientras los electores se mantenían alertas para conocer al ganador de los comicios. Ante la demora, el presidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE), Salvador Romero, dijo por la noche que “fue una elección compleja en un coyuntura delicada en la que conviene apuntalar la certeza de los resultados”, por lo que llamó a políticos y ciudadanos a esperar resultados “con paciencia”.
Romero era blanco de críticas por el retraso. Había dicho previamente que el resultado final podría conocerse entre tres y cinco días después de los comicios, pero el domingo en la noche no dio un plazo. La ley contempla siete días.
A falta de resultados oficiales, los bolivianos se mantenían pegados las pantallas de televisión para conocer resultados de encuestas de salida no oficiales.
Ante la incertidumbre, los analistas se mostraban cautos. “Hay ansiedad y susceptibilidad en los políticos y en la población por los conflictos del año pasado”, explicó a The Associated Press la profesora de Sociología María Teresa Zegada.
Las elecciones fueron reñidas y “cualquier resultado puede darse” entre Arce y Mesa, “incluso con un ganador en primera vuelta. Lo importante es que todos acepten el resultado” porque “la gente se agotó de la confrontación política”, comentó poco antes la exdiputada y analista Jimena Costa a radio Panamericana.
Arce, del Movimiento al Socialismo (MAS) el partido de Morales, llegó como favorito frente al expresidente centrista Carlos Mesa, de haber una segunda vuelta sería el 28 de noviembre.
El empresario y exlíder cívico de derecha, Luis Fernando Camacho —de la organización CREEMOS y a quien los conteos rápidos de Unitel ubicaban tercero con 14% de votos— podría resultar clave en una eventual disputa entre Arce y Mesa en el caso que ninguno gane en primer vuelta y que tengan que ir a un balotaje, como pronostican las encuestas.
Una interrupción del conteo rápido en las anuladas elecciones del año pasado provocó sospechas de fraude y atizó un estallido social con 36 muertos que obligó a renunciar a Morales cuando buscaba un cuarto mandato consecutivo. Para estos comicios el TSE retiró un sistema de conteo rápido a pocas horas de iniciar la votación para evitar confusión y optó por el conteo oficial.
Los bolivianos arribaron a los comicios en medio de un clima polarizado tras la anulación de las elecciones del año pasado por denuncias de fraude, que provocaron un estallido social que dejó 36 muertos y forzó la renuncia de Morales tras 14 años en el poder. La pandemia agravó la polarización y el país vivió una campaña tensa.
“La gente se volcó a las urnas porque quieren de una vez descongestionar esta crisis política”, dijo Franklin Pareja, profesor de ciencia política de la Universidad Mayor de San Andrés de La Paz, horas antes a radio Panamericana.
En estos comicios, Morales se juega su futuro político a pesar de no ser candidato. Los analistas opinaron que su partido corre el riesgo de perder la hegemonía política que tuvo durante más de una década.
En contra de todos los pronósticos, la jornada transcurrió tranquila y pacífica, según destacaron autoridades y observadores internacionales. Los votantes soportaron la lluvia, el sol y largas filas para sufragar en una votación lenta debido a protocolos que obligó la pandemia.
“Todos esperamos que con estas elecciones haya un gobierno y venga la paz para los bolivianos”, dijo Judy Baldiviezo, una funcionaria pública de 58 años.
“La gente tiene un espíritu cívico admirable y eso es valioso en un país que ha tenido que repetir su proceso electoral”, destacó Francisco Guerrero, de la misión de observadores de la Organización de Estados Americanos (OEA).
En un mensaje al país tras el cierre de los centros de votación, la presidenta interina Jeanine Áñez agradeció a los bolivianos “por la jornada tranquila” y pidió “paciencia para esperar los resultados sin generar violencia”.
También se renovará la totalidad de la Asamblea Legislativa de 136 miembros para cinco años.