Ayer se cumplieron exactamente 5 años del arribo del poder de Claudia Pavlovich y su Gobierno. El siguiente 13 de octubre se rendirá un informe del estado que guarda su administración. Será momento de evaluar. Pero hoy es tiempo de que en Palacio se miren todos frente al espejo para que se pregunten qué calidad y resultados de gobierno han dado a los sonorenses y, también, construir una ruta de salida rumbo al 2021. El sexenio se acabó. Sólo queda administrar y no dificultar la salida.
En los negocios siempre es recomendable tener esa puerta abierta para no complicar la terminación de contratos cuando hay periodos de pruebas en proyectos o, bien, para que ninguna de las partes involucrados se sientan atados y comprometidos más allá de sus posibilidades. La ruta de salida es sana y necesaria para detectar riesgos, tener flexibilidad en las relaciones comerciales o alianzas estratégicas y, sobre todo, evitar conflictos. Te ahorra problemas, pleitos estériles o enfrentamientos que solo te desgastarán. Para que funcione, las partes involucradas tienen que, por su puesto, estar de acuerdo. Es sumamente efectiva en los negocios. Y se puede aplicar a la política.
Claudia Pavlovich ha dicho desde su primer día de gobierno que quiere un sexto año tranquilo, sin problemas. De ella y su equipo dependerá si es exitosa la ruta de salida que deben empezar a construir hoy. Es muy probable que ya la tengan y apliquen. Pero también se puede optar por la ruta de la confrontación aunque la historia dice que cuando el Gobierno Federal es de otro color en los estados el mandatario saliente lleva las de perder. Es natural: La artillería que maneja un Presidente de la República es mucho más fuerte y grande.
Claudia Pavlovicha ya mandó mensajes: No le interesa confrontarse. Al menos que la veamos unirse al bloque de gobernadores rebeldes en México pero no hay ése ánimo en Palacio por convicción o miedo a lo que venga.
Pero la ruta de salida tiene una primera parada importante que sería de reflexión: ¿Han sido mejor gobierno que el anterior en Sonora? ¿Tienen mejores resultados? ¿Cómo ha sido el desempeño de cada funcionario? ¿Cumplieron con lo que prometieron? ¿Los excesos son iguales, peores o no los hay? Son preguntas que deben responderse todos en Palacio no solo la gobernadora.
La segunda etapa de una ruta de salida es la reparación de daños. Muchas veces es la última pero debiera ser de las primeras. ¿A quiénes afecté sin razón o en el ejercicio de gobierno no pude evitar un daño? ¿Con quién o a quiénes me ensañé? ¿A quiénes debo reparar daños antes de irme? Los panistas no lo entendieron y no lo hicieron. No aceptaron sus errores ni en la persecución que vivieron. Es sano que cada funcionario haga un autoanálisis y se mire frente al espejo para que evalúe su actuación. Pero es inevitable que ese camino se topará con la tercera frontera: La elección del 2021 que ya empezó.
En los comicios del año siguiente se evaluará en Sonora su desempeño. Sus resultados. Lo que hizo bien y lo que no. Todo. Sí, también es el primer examen del presidente Andrés Manuel López Obrador. Pero se elige a gobernador de Sonora y es un proceso que tendrá un debate intenso de campañas políticas. Es momento de autocrítica. No sé si algunos lo entiendan o admitan. Los candidatos para distinguirse o diferenciarse hablarán de lo negativo del sexenio. Deben estar preparados y conscientes de ello en Palacio, porque han acostumbrado a la Gobernadora que pueden controlar la critica, pero en elecciones es otra cosa. En este trayecto de la ruta de salida en elecciones el mandatario en turno define qué papel jugará: De intervención, confrontación, alianza, jugador múltiple (al apostarle a todos o los que mayor posibilidad tienen de ganar), el pacto político de no agresión o la transición pactada. Eso y más incluye la última frontera.
Lo importante es que en Palacio empiecen con la primera etapa: La mirada necesaria frente al espejo. No con las encuestas, documentos y herramientas donde salen bien evaluados sino con la realidad y lo que les dicte su conciencia. Eso permitirá una ruta de salida no áspera. Hay un aspecto positivo: Los cambios después de las elecciones y el arribo de nuevos perfiles en el sexenio oxigenó al gobierno. Se dieron cuenta que el garrote no trajo el éxito esperado. Solo daños innecesarios. En este proceso de reflexión debe entrar el poder fáctico que cogobernó Sonora en el sexenio.
Relacionadas
- Advertisement -
Aviso
La opinión del autor(a) en esta columna no representa la postura, ideología, pensamiento ni valores de Proyecto Puente. Nuestros colaboradores son libres de escribir lo que deseen y está abierto el derecho de réplica a cualquier aclaración.
- Advertisement -
Opinión
- Advertisement -