En medio de la pandemia y su transición a la nueva normalidad ha llegado el proceso electoral del 2021 que hoy inicia. Se juntaron 2 eventos que marcaron y dividirán más a la sociedad. Pareciera que la contingencia también dejó un virus de la confrontación que se ve por todos los niveles en el ámbito político. Nos enfrentamos a una política pandémica mexicana.
Ha llegado, o iniciado legalmente, la lucha por el poder. A partir de hoy se preparan los trabajos, las bases, se le da forma a lo que serán las elecciones del siguiente año. En medio de un México divido, enfrentado y dañado.
Vemos a una oposición que no ha sabido ser una alternativa que encause una propuesta social que contraste al estado de cosas, a los gobiernos en sí. Vemos una Cuarta Transformación que insiste en volver al pasado, hablar de lo que fue, estigmatizar a los que fueron y blindarse sin hablar del presente. Y el espectáculo es el mismo.
Un expresidente, Felipe Calderón y su esposa, aferrados a construir un partido matrimonial que ha sido negado por la supuesta ilegalidad en la que incurrió, según el Instituto Nacional Electoral (INE) y su respuesta es reaccionar como los que tanto critican en el poder: Descalificar al árbitro no solo con argumentos de debate político. La respuesta de recordarle a Lorenzo Córdova, presidente del INE a su padre, al decirle que “es un día de vergüenza para ti, para el INE, y para la memoria del gran Arnaldo, al que avergonzaría tu decisión”, fue rudeza innecesaria. Es ir ya al ámbito personal. Pero también la postura del presidente, Andrés Manuel López Obrador de celebrar el fallo, de meterse al tema descalificando a la institución y reírse del revés contra Calderón no es una buena señal que, como Jefe del Estado Mexicano, se burle de la desgracia política de un adversario que él y sus seguidores han hecho grande.
Tan solo ingresar a los temas del momento en twitter y ver el nivel del debate político, análisis, enfrentamiento y posturas radicales en las que partidos, periodistas, líderes de opinión y diferentes grupos sociales esgrimen, avisaron el nivel y tono de lo que se viene en la elección del 2021. Nadie cede. Nadie llama a la distención. En pocos cabe la prudencia. Todos dicen tener la verdad y luchar por lo justo. Pero cada día México se polariza más. Desde la Mañanera, hasta las redes sociales.
Es justo que hagamos una pausa y pensemos qué tipo de sociedad queremos. Si vamos a insistir en confrontar, pelear, dividir y seguir con estas luchas estériles que no nos van a llevar a nada. Lo más seguro es que el próximo año el abstencionismo sea el principal ganador. Que la gente, desencantada, desgastada, escéptica, salga a votar mucho menos porque el espectáculo de la política cada día se degrada más y más. Conviene al periodismo apostarle, hoy más que nunca, ese punto medio, ese equilibrio necesario, de esforzarnos en cometer los menos errores en nuestros contenidos, que los que haya sean fallas humanas y no prestarnos a campañas de un lado u de otro. De eso ya está lleno. Es ver qué podemos hacer como sociedad para sacar adelante nuestra comunidad, estado, país, pero sin pensar en la política. Hoy el cambio se necesita en las personas. En las empresas. En las madres y padres de familia. En los jóvenes. Pero no un cambio o una búsqueda del poder. Es volver a reforzar esos valores en familia, en la escuela, en buscar sentido a ser, no tener. Eso solo se construye desde casa. Ahí nace y se forman los ciudadanos del futuro.
Es hacer una conciencia diaria: ¿Qué papel quiero jugar en mi sociedad? ¿La discusión eterna y estéril o la solución? En tiempos de política pandémica debemos ser factor de cambio. No hablo de cambio de gobierno. Hablo de cambio como ciudadano. El empresariado ya puso el ejemplo con Hermosillo, ¿Cómo Vamos?. Se unieron para juntar 100 millones de pesos que servirán para apoyar a instituciones y los más necesitados. ¿Qué papel me toca jugar a mi para tener una vida mejor? Todos, cada uno de los integrantes de esta sociedad podemos poner un grano de arena para evitar hacer crecer una política pandémica que intenta contaminar más la vida pública. Hagamos la diferencia. Retomo mis columnas después de una ausencia por motivos de estudio y trabajo. Mi aportación ahora es con otro enfoque de vida y experiencia. El periodismo también debe ser más responsable y humano.
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