Los refranes mexicanos como este son muy aleccionadores y útiles, más cuando uno pasa por un trance como el COVID-19 o atraviesa situaciones apremiantes, de gran definición y riesgo inclusive de morir, es entonces cuando conoces a tus verdaderos amigos y también a los que no lo son.
Es en la enfermedad y cuando necesitas apoyo de otros “la prueba del ácido” para los verdaderos amigos, desnudan a tus verdaderos enemigos de quienes debes alejarte “como si tú casa se quemara”, tomar distancia y protegerte de forma inteligente.
¡Quienes no son tus amigos!
No son tus amigos quienes sabiendo lo que pasa se alejan, no son tus amigos quienes son omisos y se desaparecen, no son tus amigos quienes solo buscan acercarse por el morbo de lo que sucede, no son tus amigos quienes te dan la espalda y hablan de ti, inclusive se acercan solo para sacar provecho personal, para justificarse, son “los que meten aguja para sacar hebra”, son los “lomo de liebre, “los judas”, los traicioneros de siempre.
Es verdaderamente impactante vivir situaciones de gran apremio, donde va de por medio la vida entera o grandes definiciones personales y ver como muchos “se doblan”, se allanan, se “hacen de la vista gorda”, son los “tibios” y faltos de carácter que cita la biblia (cuídate de los tibios Apocalipsis 3:16), fingen demencia, muestran sus antivalores, procuran solo sus conveniencia y son tan solo indolentes. Hoy lo sé, solo eran y son solo simples conocidos…
¡Quienes si son tus amigos!
Afortunadamente existe la otra cara de la moneda, porque es en estas etapas criticas de salud, enfermedad y apremio, es donde tus verdaderos amigos surgen, con una fuerza inusitada, con una disposición enorme, con una dedicación y empatía ejemplar, con una lealtad permanente, sobre todo con una solidaridad insospechada que valoraré y apreciare siempre, de por vida.
A estos grandes amigos les agradeceré siempre, sus mensajes de aliento, sus llamadas constantes, su preocupación y disposición permanente, ellos son los verdaderos amigos, quienes dan la cara por ti, que no solo te dan su apoyo moral, sino también material, ellos viven tanto la enfermedad como las problemáticas como si fueran parte de ellos mismos, les agradezco siempre, me faltaría espacio para mencionarlos además podría cometer alguna omisión, ellos lo saben, además solo esperan de mi amistad y agradecimiento incondicional.
Conclusión
En las situaciones críticas también conoces la ingratitud de muchos, las conveniencias e intereses de otros, me lleve verdaderas sorpresas de algunos que sentía cercanos, comprometidos y serios, de uno en especial, pero, siempre hay un pero, me impresiono su falta de empatía y solidaridad, “pasa cuando sucede” de quien menos te lo esperas, pero eso es “otra historia”, lo verdaderamente importante para mí, es que en esta enfermedad, pandemia o la cárcel surrealista de esta vida, es cuando conoces y valoras a los verdaderos amigos, a quienes muy probablemente contaras con los dedos de tus manos o de los pies, pero que son de verdad y para siempre.
A todos mis amigos mi agradecimiento eterno, a todas y todos que estuvieron y están pendientes un abrazo fraterno, muchos de ellos editorialistas o columnistas como yo, les envío un saludo virtual pero fraterno, mi reconocimiento y agradecimiento total a mis verdaderos amigos … ¡Ni más ni menos!.
“Amigo es el que en la prosperidad acude al ser llamado y en la adversidad sin serlo” (Demetrio de la Falero).
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