Columna El circo de la realidad
“El análisis del Informe Presidencial en Cámara de Diputados sigue siendo solemne y anticuado, con discursos sucesivos en vez de verdadero debate. Moralistas hablando de economía y economistas hablando de moral. Los parlamentos democráticos no funcionan así.” Porfirio Muñoz Ledo
Este fue el tweet de Porfirio Muñoz Ledo, el día de ayer, refiriéndose a el análisis del informe de Gobierno, en la Cámara de Diputados.
En una democracia el ejercicio de rendición de cuentas, se compondría de un balance general con datos fríos, autocrítica y resultados por parte del ejecutivo; se compondría de un análisis serio, detallado y con crítica sustentada de la oposición; y se compondría incluso, de un debate de contenido por parte de líderes de opinión y ciudadanos en general.
En la democracia mexicana, el informe ha servido de muy poco. Primero, en las épocas del PRI, era un acto faraónico, donde incluso se transmitía en TV el besamanos de todo el gobierno y distintos sectores al Presidente de la Nación. Épocas donde se controlaba la información y donde los mexicanos, en todas las estaciones de radio y TV , escuchaban de dos a cuatro horas al Presidente.
Después el ejercicio del informe, se quiso democratizar, y surgió la idea de responderle el informe al Presidente, mediante posicionamientos de los Partidos Políticos. Acto que en realidad era meramente político y mediático, por que el Ejecutivo entregaba el informe y el Legislativo iniciaba la glosa del mismo, empezando por temas a analizar el contenido e incluso llamando a funcionarios a comparecer, todavía existe esta práctica. Sin embargo nuestros políticos veían este ejercicio, con la óptica que regularmente ven las cosas; sacar agua para su molino. Entonces resultaba muy previsible que para los legisladores del Partido en el Gobierno, todo estaba muy bien, y para los legisladores de la oposición todo estaba muy mal.
En mi opinión, ahí estamos estancados gobierno, opositores y sus respectivos seguidores. ¿No puede haber un análisis serio, constructivo, autocrítico, democrático y republicano?, desde el año 2000 a la fecha, ya se sabe cual será la posición de cada partido político, ya se sabe cual va a ser análisis de los líderes de opinión, ya se sabe que habrá visiones demasiado positivas o demasiado negativas.
Ojalá y exista algún foro, donde pongamos a la oposición a hablar de al menos 10 aciertos que tiene el Presidente, y hablar al oficialismo de al menos 10 errores que se han cometido, probablemente sería un debate más interesante.
En la democracia mexicana, el informe del Presidente, no parece ser un ejercicio de rendición de cuentas, sino un espacio más, donde la clase política sigue viviendo en un mundo paralelo al de los ciudadanos. “Todo esta muy bien o todo es un desastre”.
El debate serio de donde estamos y hacia donde vamos, y sobre todo que tenemos que hacer todos para sacar al País adelante, parece estar muy lejos en la democracia mexicana.
Habría que pensar en nuevos ejercicios, donde a través de las diferentes plataformas digitales, exista diálogo, rendición de cuentas, y un debate abierto de cara a la nación. Sí, es mucho pedir, pues en las redes sociales, también hay una serie de mecanismos de como manipular las opiniones. Aún así, las redes sociales son hoy por hoy, el espacio más democrático, más plural y de mayor participación ciudadana.
El informe, al día de hoy, como dice Muñoz Ledo “sigue siendo solemne y anticuado, con discursos sucesivos en vez de verdadero debate”.
Twitter @GustavodeUnanue
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