“Si el vaso no está limpio, lo que en él derrames se corromperá” (Horacio).
Casi al finalizar la semana nos enteramos de la renuncia de Pedro Ángel Contreras López a la dirección del Isssteson, organismo que debiera ocuparse de garantizar la salud y la seguridad social de los trabajadores al servicio del estado y organismos afiliados, para buscar la candidatura del PRI al gobierno de Sonora.
Tras la mediocre y demagógica administración del actual secretario de Salud, contador público Enrique Clausen, el nuevo director del Isssteson abrió un capítulo que siguió con la línea del “no hay” aplicada a medicamentos y otros insumos esenciales para una adecuada atención al derechohabiente.
Se hicieron nuevas promesas de mejoramiento institucional pero, de manera destacada, se giraron ilegales amenazas de suspensión de servicios contra los organismos afiliados, y se condicionó el acceso a la pensión y jubilación a la firma de un torvo convenio que aumentaba el monto de las cuotas y los años de cotización, sin que necesariamente existiera compromiso en firme para cumplir con las funciones que establece la ley.
En el caso de la Universidad de Sonora, la rufianesca maniobra de “actualizar” onerosamente los términos del contrato de servicios sociales tuvo de comparsas tanto a las dirigencias sindicales como, en su momento, a la anodina rectoría que actualmente ejerce funciones.
Aunado a lo anterior, se maniobró para que la sala segunda de la SCJN, presidida por el corrupto magistrado Eduardo Medina Mora desconociera el derecho de los trabajadores retirados a una pensión digna y justa, en los términos de la propia ley 38.
Aquí se violó el principio constitucional de la no retroactividad en la aplicación de la ley, logrando que fueran desestimadas muchas demandas en juicios de nivelación pensionaria que estaban siendo exitosas, con lo que el Isssteson se “ahorró” mucho dinero que correspondía a los trabajadores demandantes.
Recientemente trascendió una carta dirigida a la gobernadora por parte de una asociación de jubilados universitarios donde señalan con detalle la gravedad del desabasto crónico de medicamentos esenciales para conservar la salud y la vida de quienes los necesitan, habida cuenta la alta incidencia de enfermedades metabólicas y crónico-degenerativas.
Sin embargo, en medio de una epidemia en fase activa el director del Isssteson se da el lujo de renunciar para ir en pos de una candidatura, lo que suena absurdo si se ve desde el punto de vista de las responsabilidades del cargo, aunque totalmente congruente si se ve en la óptica de quien llegó como sicario financiero y valedor de los saqueadores de los fondos del Instituto.
Dicho en otras palabras, durante su gestión al frente del Isssteson se encarecieron los servicios vía incremento en las cuotas y aportaciones, pero no hubo acciones que modificaran el esquema de saqueo establecido desde gobiernos anteriores. No se buscó acabar con la corrupción ni se fincaron responsabilidades contra los defraudadores y saqueadores del patrimonio institucional. Simplemente se pateó el bote.
Ahora llega a la dirección del Instituto un contador público cuyo último puesto ha sido el de administrar recursos humanos en la Secretaría de Hacienda estatal, con lo que al parecer nuevamente la seguridad social de los sonorenses estará a cargo de alguien sin formación para afrontar problemas relacionados con la seguridad social pero preparado en el manejo del presupuesto y las formas técnicas de justificar los gastos.
No tendría mucho caso hablar de éste como un sexenio fallido, o algún otro calificativo que denotara ausencia de cumplimiento de expectativas sociales, aunque quizá fuera más afortunado hablar de un típico gobierno del PRI en connivencia con los intereses del PAN, hermanados por la ideología neoliberal de corruptelas, moches, complicidades y rapiña. Así pues, tenemos un gobierno que hace lo que sabe hacer.
En este punto, no es posible pretender ocultar, diluir o negar la incumbencia del gobierno del Estado en los bienes y los males del ISSSTESON, cuya responsabilidad administrativa y financiera está claramente establecida en la propia Ley 38 orgánica del Instituto, así que tanto el secretario de Hacienda estatal como la gobernadora tienen importantes cuentas que rendir a la ciudadanía, de cara al cercano juego sexenal donde lo que se apuesta es el futuro de Sonora y, por ende, la seguridad social de los sonorenses.
Hay renuncias que se agradecen, pero hay otras que además parecen traer cargas de profundidad listas para estallar.
http://jdarredondo.blogspot.com
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