Hermosillo, Sonora.- Hacer tareas en línea desde casa es todo un reto para siete estudiantes de primaria, secundaria, preparatoria y universidad, pues algunos han padecido ansiedad debido al encierro, mientras otros disfrutan pasar tiempo libre con su familia.
Tras la pandemia por el coronavirus, Gisela, Santiago, Carlos, Alessia y Flor, tuvieron que adaptarse a una computadora con Internet para sacar adelante su escuela y evitar atrasarse en clases.
Además, las hermanas Jennifer y Haymee hacen sus tareas sin Internet, ya que en Arizpe, el pequeño pueblo donde viven, no cuentan con acceso a la red, razón por la cual se les dificulta enviar el material a sus maestros.
Por todas estas razones, realizar trabajos de manera virtual ha sido algo nuevo para estos estudiantes, pues no estaban acostumbrados a estar tanto tiempo en sus hogares, ni tampoco a lidiar con estrés, en el caso de algunos de ellos.
La estudiante de Medicina
Gisela Horta Fraijo de 24 años, cursa su último semestre de Licenciatura en Medicina en la Universidad Durango Santander y para ella estudiar por Internet le ha causado ansiedad que poco a poco ha sabido lidiar.
Antes del confinamiento, la joven acostumbraba visitar hospitales para realizar sus prácticas profesionales, una parte muy importante de su profesión, por ello, estudiar en línea le ha sido difícil.
“La verdad últimamente me he sentido bien, pero para poder llegar a sentirme así tuve que trabajar constantemente en mi ya que tuve varias crisis de ansiedad durante esta cuarentena, además estar en casa siempre involucra una serie de distractores, pero uno no debe desenfocarse en lo más importante…
“Debo admitir que no era la forma en la que esperaba terminar mi último semestre de Medicina y a pesar de que he estado estudiando a diario, no se compara con las clases presenciales y el reforzar nuestros conocimientos con la práctica en los hospitales”, mencionó Gisela.
El ingeniero químico
Santiago Ceceña Campbell de 19 años estudia el segundo semestre de Ingeniería Química en la Universidad de Sonora. El joven ha sufrido estrés por el encierro, pero a pesar de ello aprendió a ser autodidacta ante la falta de clases presenciales.
“La cosa buena yo digo que sería aprender a ser autodidactas porque como dije anteriormente, cada quien tenemos que ver la manera en que podemos aprender mejor las cosas, porque como no son clases presenciales, los maestros no nos pueden enseñar como sería en un salón de clases,
así que nosotros lo hacemos de manera independiente el aprender y lo malo, no tener el contacto con el maestro y así no poder resolver una duda tan fácilmente, porque todas las personas tenemos maneras de aprender diferentes, así que no a todas se nos facilita el aprender por nuestra propia cuenta”, detalló Santiago.
Carlos está tranquilo en la cuarentena
Carlos Espriella Sánchez de 17 años es estudiante de la PrepaTec y durante esta cuarentena no ha tenido ansiedad ni estrés, sino todo lo contrario, ya que sabe cómo canalizar sus energías para estudiar desde la comodidad de su hogar.
Sin embargo para el joven preparatoriano estar encerrado es un arma de dos filos, pues aunque tiene tiempo suficiente para realizar varias cosas a la vez, no hay nada que sustituya las clases presenciales.
Yo he sentido que el estudiar por Internet nos abre más las puertas a más cosas, por ejemplo, podemos estudiar matemáticas desde nuestra cama, podemos aprender de física mientras estamos haciendo desayuno, pero honestamente pienso que esto también es algo muy malo, al estar en la casa a veces no tenemos esa iniciativa de querer hacer las cosas…
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de querer estudiar más, porque ya estamos en nuestra casa, en nuestra zona de confort, así que se me hace que lo bueno de estudiar clases en línea, es que tenemos más oportunidades de hacer más cosas o estudiar más cosas, pero tenemos limitaciones para hacerlo, ya que el estudiante se siente con menos necesidad de hacer cosas, irónicamente”, abundó Carlos.
Jennifer, estudiante de preparatoria
Jennyfer Guadalupe Valencia Ruiz de 17 años estudia el Cecytes en Banámichi, sin embargo vive en Arizpe, un pequeño pueblo situado a una hora de distancia, por lo que todos los días debe de viajar en camión hacia su escuela.
Aunado a esto, Jennifer ha sufrido ansiedad porque le estresa no poder realizar sus tareas rápido, pero una ventaja del encierro es que le ha facilitado más la convivencia con su familia.
“Una cosa buena al estudiar por Internet en casa, es que se me facilita la convivencia con mi familia y el poder acomodar mis horarios para repartir mi tiempo en cada actividad de casa; una cosa mala es que se me complica en muchas ocasiones realizar la tareas debido a que no cuento con Internet ni con computadora y con todo lo de la pandemia y al no poder salir de casa se me complica realizarlas”, expresó la estudiante.
Alessia estudiante de secundaria privada
Alessia Peña de 13 años cursa el segundo grado de la secundaria privada Multiversidad y para ella estudiar desde casa es un poco más difícil que hacerlo presencial, pues está condicionada a horarios de entrega y a que sus maestros le respondan dudas.
“Es un poquito más pesado porque tienes que entregar todo en una hora exacta, era igual que en la secundaria pero es un poquito más pesado… Hay muchas veces que los profes no responden y te dejan con la pregunta”, comentó Alessia.
Flor, estudiante de secundaria pública
Flor María Romero Ramírez de 13 años se ha sentido rara estudiando en línea desde su hogar, pues no le es fácil aprender de esa forma, además que se distrae.
“Una cosa buena es que tengo más tiempo de hacer las cosas, no como las clases que duran poco y algo malo es que me dejan más tarea y me distraigo muy facilmente”, mencionó Flor.
Haymee estudiante de primaria
Haymee Jacqueline Valencia Ruiz de 9 años vive en Arizpe, Sonora y estudia en la escuela primaria Abelardo L. Rodríguez. Para ella estar encerrada es complicado porque no tiene los medios electrónicos para mandar sus trabajos.
“Cosa buena: hay tareas fáciles y divertidas. Cosa mala: no cuento con Internet en casa ya que hay tareas que las tengo que investigar y mi mamá no puede salir de casa”, comentó la pequeña estudiante.
Pese a que la mayoría de la población sonorense continúa bajo confinamiento, los siete estudiantes confían en pronto volverán a las aulas y poco a poco adaptarse a la nueva normalidad, así como lo hicieron al sacar adelante su escuela desde casa.