Es en la mente del ser humano dónde se originan las guerras, y en su mayoría, los conflictos del mundo tienen una dimensión cultural. La paz, la estabilidad y el desarrollo dependen de la forma en cómo podamos superar la división entre culturas, las cuales, en su diversidad, poseen la clave para la cohesión social. ¿Qué sería de la humanidad sin la diversidad cultural como fuerza motriz del desarrollo? Más allá del aspecto económico, el derecho a una vida intelectual, afectiva, moral y espiritual más enriquecedora es lo que nos permite avanzar con sentido en este camino de la historia.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación la Ciencia y la Cultura (Unesco) celebra cada 21 de mayo el Día Internacional de la Diversidad Cultural para el Diálogo y Desarrollo con el objetivo de exaltar todo aquello que nos lleve a la conciencia plena de la riqueza y respeto de nuestras diferencias en colectivos y también para poner en la agenda mundial, la reflexión y urgencia sobre que invertir en cultura y situarla como núcleo de desarrollo es esencial en el porvenir del mundo y además, una condición del éxito de una globalización bien llevada, que considere los principios de la diversidad cultural.
En su página Unesco menciona: “El desarrollo como tal es inseparable de la cultura. El reto consiste en convencer a los políticos responsables de las decisiones y a los actores sociales locales de que integren los principios de la diversidad cultural y los valores del pluralismo cultural en el conjunto de las políticas, mecanismos y prácticas públicas, especialmente gracias a la colaboración del sector público/sector privado.”
La Federación Internacional de Coaliciones para la Diversidad Cultural (FICDC) es una voz que habla por parte de los profesionales de la cultura de todo el mundo. Reúne a una treintena de organizaciones que representan a creadores, artistas, productores independientes, distribuidores, radiodifusores y editores de los sectores del libro, el cine, la televisión, la música, el espectáculo en directo y las artes visuales. Fundada el 19 de septiembre de 2007 en Sevilla, España, la FIDC es el resultado de una importante movilización de la sociedad civil en favor de la adopción y posterior ratificación de la Convención de la Unesco sobre la Protección y Promoción de la Diversidad de las Expresiones Culturales.
La misión de la FICDC es promover las diferencias culturales y proteger la libertad de expresión cultural específica de cada país. Garantiza que la capacidad de los gobiernos para aplicar políticas de apoyo a las expresiones culturales locales se preserve y despliegue adecuadamente; que la liberalización del comercio y el desarrollo tecnológico no conduzcan sistemáticamente a una estandarización del contenido y a una alteración de los ecosistemas locales.
No cabe duda, que en estos tiempos extraordinarios, la unión debe prevalecer y en ese sentido, establecer cuidados, cooperación y respeto entre cada una de las culturas a las que pertencemos, porque de igual manera que la biodiversidad, el espectro cultural es vital para todos. En este día de reflexión y celebración sobre la diversidad cultural, comparto una publicación especial periódica que la Unesco realizá en este tiempo de pandemia titulada: “Cultura y Covid-19, seguimiento de impacto y respuesta” en el siguiente enlace: https://en.unesco.org/sites/default/files/issue_2_en_culture_covid-19_tracker-4.pdf
Crédito de imagen: Christiane Zschommler
The Path to Brexit, 2015. Project Fear.