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viernes, abril 19, 2024

¿Quién? La pregunta del libro de los Veda

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Seguramente cualquiera que cultive un hobbie tiende a la acumulación de objetos materia del mismo. Si mientras leo algún libro me encuentro con el título de otro que llame mi atención, trato de adquirir una copia inmediatamente, así sepa que no será leído en el corto plazo.

A veces pasa que ese libro comprado y no leído entra en una competitiva lista de títulos catalogados bajo tres clasificaciones: 1. A leer en el corto plazo, en la que encontramos los que más llamaron mi atención y que adquirí mientras leía algún otro título; 2. A leer en el largo plazo, categoría integrada por los que se van rezagando y por obras mayores que intenté leer y abandoné, como “Ulises” y “En busca del tiempo perdido”, y; 3. Los desestimados, lo conforman los rezagados de la segunda clasificación y otras novelas que pertenecen a géneros literarios que por el momento no me interesan.

Esta última categoría me genera sentimiento de culpa porque tengo la certeza de haber adquirido con mucho gusto cada libro comprado, y sin embargo, algunos pasan al olvido sin haber sido leídos; situación que acontece debido a que son 38 los títulos a leer en el corto plazo, casi dos años de lecturas agendadas.

“Ka” de Roberto Calasso es uno de esos libros que cuando lo compré me interesó por haber leído y escuchado grandes comentarios sobre el autor o porque en algún lado hayan mencionado otro de sus libros, “K”, una exégesis de la obra de Kafka.

Roberto Calasso nació en Florencia el 30 de mayo de 1941, y siendo oriundo de la cuna del Renacimiento, así como coterráneo de Maquiavelo, le ha valido que no solo sea reconocido como uno de los grandes escritores de la literatura universal, sino que probablemente tenga más fama por ser uno de los mejores editores del mundo.

Es el dueño de la editorial Adephi, una de las más importantes del orbe por contar con un inmenso catálogo de libros exquisitos y compendios de gran erudición.

Como soy un completo ignorante de la cultura y literatura hindú, me resulta un tanto complejo reseñar “Ka”. Según la contraportada, trata sobre el inmenso pájaro Garuda que se pregunta “¿Quién es Ka?” y en el libro de los Veda se dice que Ka significa “¿Quién?”, la última pregunta, la que se formula cuando todas las demás han sido formuladas.

Este libro es un paseo que consta de 15 capítulos de los cuales 13 son pequeños relatos que nos hablan sobre la mitología del libro de los Vedas y el Mahabharata. El primer y último capítulo, en cambio, son la “verdadera” trama de la novela que narra Calasso.

Su estructura asemeja la de “Las mil y una noches”, porque primero tenemos a un narrador extradiegético hablándonos de los personajes y su contexto, no interviene ni participa en la historia. Nos habla de Garuda, un águila que acaba de nacer y lo primero que ve es a su madre, que le comunica ser presa de una maldición conjurada por su hermana; sería su esclava durante 500 años, hasta el nacimiento del inmenso pájaro que debe liberarla.

Para liberar a su madre del sortilegio, Garuda debe buscar el soma y llevárselo a las Serpientes. Mientras va en busca del elixir divino, se encuentra con Indra, que busca impedir el éxito de su tarea, pero al ver que no podrá derrotarlo le pide que lleve el soma a las Serpientes absteniéndose de derramarlo sobre ellas, a cambio, Garuda puede pedir un deseo.

Su petición se resume en dos cosas, estudiar a los Veda y que su alimento eterno sean las Serpientes. Garuda teme devorar por error a los brahmanes, unos tipos con los que es mejor no meterse porque son quienes crearon las maldiciones.

Estos deseos dan pie, ahora sí, a la verdadera motivación del libro: pequeñas historias sobre mitología hindú, entre las que encontramos, en primera instancia, la de Prajapati, también llamado “el Progenitor” o “Señor de las Criaturas”; quien dio origen a los 33 dioses y a todo lo cognoscible. Prajapati es la mente y “nada existe antes de la mente”, esta es autoexistente.

En el tercer capítulo encontramos a Usas o Aurora, hija de Prajapati, deseada y tomada por su padre. Mientras la penetra, aparece Rudra, un dios que dispara una flecha hiriendo al Progenitor e interrumpiendo el coito. Esta interrupción provoca que Prajapati se separe de Usas y derrame su simiente sobre la “nada”, que posteriormente sería la existencia del mundo natural y humano, lo que nosotros llamamos “realidad”.

En los siguientes capítulos nos habla de cómo Rudra se convirtió en Siva; de Sati o “Aquella-que-es”, la futura primer pareja de Siva; posteriormente nos hablan de Parvati, segunda esposa de Siva, con la que engendra a Ganesh, historia en la que deseo detenerme porque me gustó.

Ganesh es un niño con cabeza de elefante, seguramente alguna vez hemos visto su representación gráfica. Bueno, pues no siempre tuvo cabeza de elefante, sino que su padre la pegó a su cuerpo puesto que impulsivamente lo decapitó durante un arranque de ira.

Verán, Parvati estaba enojada con Siva y decidió encerrarse en su cuarto, pidiéndole a Ganesh que le impidiera el paso a su padre en caso de que deseara importunarle. Todo sucedió así:

“Un día Ganesa, tras una discusión, osó cerrarle a Siva el paso a la habitación de Parvati. Siva le cortó la cabeza. Pero inmediatamente, frente a una enmudecida Parvati, sintió que lo invadía una inmensa oleada de afecto hacia ese cuerpo exánime. Ordenó a Nandin que arrancara la cabeza de Airavata, el elefante de Indra […] Nandin volvió un día cargando sobre sus hombros la noble cabeza de Airavata. Un colmillo se había quebrado durante la feroz batalla. Como un artesano, Siva colocó la cabeza de elefante sobre el cuello de Ganesa […] A Parvati se le ocurrió que solo a partir de ese momento su hijo sería realmente sí mismo […] Permanecía estirada en la cama y dictaba largas historias. Historias del mundo que nunca había visto. Acurrucado a sus pies, Ganesa escribía. Era un amanuense rápido e incansable. Cuando terminaba, Parvati le acariciaba el colmillo roto y le besaba la amplia frente rugosa” (p. 120).

El resto de los capítulos tratan sobre el sacrificio del caballo; los sabios y el uso de la sabha (la sala, lugar de reunión, de audiencias o de juego); conflictos entre los Deva y los Asura y sobre el Rey Soma.

Sobre el final encontramos los que fueron mis cuentos favoritos, los de la vida de Krsna y su amigo Arjuna. Posteriormente uno del Budha, y el último es un corolario para retrotraernos a Garuda terminando sus estudios y emprendiendo nuevamente el vuelo.

Como ya dije, es difícil hablar sobre este libro porque desconozco por completo esta mitología, religión, filosofía o epopeya literaria, pero aunque entendí poco, la verdad es que concluí el libro con un buen sabor de boca, me gustó mucho y se lo recomendaría como el inicio más digerible, y al mismo tiempo más erudito, sobre la religión hindú.

Si se siente atraído por esta temática, estoy seguro que este libro puede ser de su agrado, sin embargo, su lectura requiere esfuerzo y mucha voluntad.

Aviso

La opinión del autor(a) en esta columna no representa la postura, ideología, pensamiento ni valores de Proyecto Puente. Nuestros colaboradores son libres de escribir lo que deseen y está abierto el derecho de réplica a cualquier aclaración.

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