En el norte de Perú, en la provincia de Santa Cruz, los pobladores de Culden escucharon que el virus que provoca la enfermedad conocida como covid-19, y que ha puesto al mundo de cabeza, se originó en los murciélagos. Por ello, cuando descubrieron una colonia de estos mamíferos voladores cerca a su localidad decidieron atacarla con antorchas. Personal del Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (SERFOR) llegó al lugar cuando aún no se concretaba la matanza; lograron rescatar alrededor de 200 murciélagos del género Myotis. Para ponerlos a salvo, los llevaron a una cueva alejada del poblado.
Esto sucedió el tercer fin de semana de marzo. El ataque contra los murciélagos se originó porque “la gente decía que estos animales podían transmitir la enfermedad del covid-19”, explica Jessica Gálvez-Durand, directora de Gestión Sostenible del Patrimonio de Fauna Silvestre del Serfor.
Un par de días después del ataque, el Serfor se vio obligado a revivir una de sus campañas de protección de murciélagos, para difundir todos los beneficios que otorgan al ser humano y así tratar de prevenir actos en su contra.
Los murciélagos siempre han tenido que lidiar con ideas equivocadas que se difunden sobre ellos, con historias populares que han llevado al incendio sus cuevas, a que se les mate o que, incluso, se les atrape para utilizarlos en supuestos remedios contra enfermedades.
Los funcionarios del Serfor no han sido los únicos que en estos días han insistido en la importancia de conservar a estos animales. Los científicos también han tenido que salir a defender el prestigio de los murciélagos. Sobre todo, después de que se difundió que la enfermedad COVID-19 es provocada por un coronavirus similar a los que se encuentran en estos mamíferos.
“Eso exacerbó los ánimos negativos en contra de los murciélagos. Y no hay nada más injusto que eso. Los murciélagos no tienen la culpa. Al contrario, cada día nos dan grandes beneficios que no les reconocemos”, resalta Rodrigo Medellín, investigador del Instituto de Ecología de la UNAM y fundador del Programa para la Conservación de los Murciélagos en México.
Las poco más de 1.400 especies de murciélagos tienen un papel clave para los ecosistemas y la biodiversidad del planeta: son importantes polinizadores, dispersores de semillas y controladores de plagas de insectos. Además, tienen otra característica interesante: cuentan con un sistema inmunológico que les permite resistir a muchos virus.
Tomado de Sostenibilidad Semana.com Foto Okdiario.com