Las musarañas chinas de árbol son los únicos mamíferos no humanos que buscan deliberadamente comida picante para saciar su hambre, según un estudio realizado por el Instituto de Zoología de Kunming (China).
Según los expertos, una mutación en los receptores del dolor de sus bocas los hacen menos sensibles a las comidas enchilosas. Ellos plantean que es una adaptación evolutiva que les permite tolerar una planta de pimienta que forma parte de su dieta, reseñó National Geographic.
Los capsaicinoides, incluida la capsaicina que se encuentra en los chiles, son sustancias químicas que impiden a los animales comerlas. Actúan desencadenando la activación de TRPV1, un canal iónico que se encuentra en la superficie de las células sensibles al dolor en la lengua y en otros lugares.
El trabajo de TRPV1 es alertar a los animales sobre la sensación de ardor intenso, algo generado por los capsaicinoides. Mientras que los humanos pueden desarrollar una tolerancia e incluso un gusto a esas sustancias, la mayoría de las especies evitan alimentarse de las plantas que los contienen.
Los científicos notaron que las musarañas chinas consumían activamente chiles, y a diferencia de los ratones no disminuían su ingesta a medida que aumentaba la concentración de capsaicinoides. Descubrieron que aunque el TRPV1 de ambas especies son similares, el canal iónico de la musaraña china respondía menos con el químico. La razón: La proteína del TRPV1 del musgaño presenta una mutación que induce el dolor al comer alimentos picantes.
La planta Piper boehmeriaefolium, una fuente alimenticia importante para los sorícidos, sea capaz la culpable de la propagación de la mutación TRPV1 a través de la población de musarañas arbórea a lo largo del tiempo.