No me cabe la menor duda, el ser humano es una especie maravillosa, creativa, capaz de modificar la naturaleza para ponerla a su servicio, capaz de llevar al ser humano a la luna y próximamente a otros planetas, capaz de levantar grandes ciudades, capaz de poner la tecnología para cubrir necesidades humanas etc, etc.
Así como los humanos somos capaces de lo mejor pero también de lo peor, hemos evolucionados y sido capaces de crear un mundo en el que podemos desarrollar nuestra inteligencia y nuestra personalidad solidaria.
Según Maquiavelo su definición de ser humano tiene una concepción totalmente diferente de la sociedad humana: para él, “el hombre es por naturaleza perversa y egoísta, sólo preocupada por su seguridad y por aumentar su poder sobre los demás; sólo un estado fuerte, gobernado por un príncipe astuto y sin escrúpulos morales, puede garantizar un orden social justo que frene la violencia humana”
Siguiendo a Maquiavelo, con el que comparto la visión de maldad del hombre, aclarando que no es de origen biológico, sino producto de un egoísmo despiadado, que es el resultado de una historia orientada a la búsqueda del poder, y la necesidad de control, que para muchos pensadores lo consideran como parte de la naturaleza humana, del cual difiero en algunos puntos, dado a que yo pertenezco al grupo donde el pensamiento y conducta humana es el resultado de su historia, el cual ha ido evolucionando a través de aprendizajes como los usos y costumbres en una personalidad como lo señala Maquiavelo.
Ahora bien, los grandes descubrimientos y/o invenciones; el humano se ha apoyado en la ciencia, la cual (la ciencia) no tiene moral, por lo que necesita ser guiada, e interpretada con enfoques orientadas al bienestar de la sociedad, así como como por sus practicantes en base a unos códigos ajenos a ella (la ciencia).
Cuando hablo de códigos, me refiero al comportamiento ético de los grandes genios de la humanidad, pero sobretodo de las manos donde se depositan los grandes hallazgos, porque es ahí donde lo bueno se transforma en malo, y como ejemplo ofrezco lo visible y medible como es el caso de La bomba atómica la cual es una de las armas más destructivas creadas por el hombre hasta la fecha. Pese a tener más de medio siglo de vida, no ha habido descubrimiento que la supere.
Actualmente la humanidad depende de un botón rojo con su respectiva clave donde los países que las poseen, están alertas para utilizarla en cualquier momento, lo cual desencadenaría un fenómeno dominó donde la existencia humana desaparezca del globo terráqueo tal como lo conocemos.
Otra gran amenaza lo constituye la Inteligencia Artificial, donde no podemos descuidarnos porque según científicos de la tecnología robótica les queda muy claro que dicha inteligencia bien podría voltearse contra nosotros, como ya estamos viviendo a través de indicadores de desempleo generalizado, lo cual nadie hasta el día de hoy podrá garantizar la armonía y sustentabilidad de la especie.
Finalmente, la gran amenaza que en este momento estamos viviendo como especie y que históricamente ya ha pasado es, la guerra bacteriológica, entiéndase virus, bacterias y todo ese mundo microscópico que funciona bajo sus propias leyes, y que hasta el día de hoy el mundo científico ha podido resolver, pero a un costo de vidas tremendo.
El actor principal de la actual pandemia se llama coronavirus (covyd 19), lo cual representa para la memoria de los humanos, lo vulnerables que somos, y lo más terrorífico es que al parecer no surgió de un quiebre natural, sino que fue diseñado e incubado en laboratorios como parte de una guerra económica donde la gran mayoría de los seres humanos no somos más que argumentos, para dar entrada a un nuevo orden.
La pregunta es quien o quienes serán los beneficiados de ese nuevo orden mundial…….la verdad ese no es asunto nuestro, sino pregúntenle a Nicolás Maquiavelo.