El mercado del petróleo es uno de los más volátiles de todos los mercados. Así La volatilidad extrema se apodera del mercado petrolero, con los precios en caída libre. El crudo se desplomaba más de un 25% en los primeros minutos de cotización de este lunes 9 de marzo tras la ruptura entre la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y Rusia para tratar de controlar la demanda y evitar una fuerte caída en los precios provocados por el coronavirus.
El desplome del 9% en la última sesión de la cotización del Brent —el de referencia en Europa— así como la del Texas —en Estados Unidos— caían hasta el entorno de los 35 dólares, y alimentaban la especulación de la banca de inversión durante el fin de semana sobre la posibilidad de que el desplome del barril se profundice hasta los 20 dólares, niveles registrados hace dos décadas. Este severo desplome es un duro golpe para algunas de nuestras naciones latinoamericanas: Venezuela, Ecuador, México, Colombia, Brasil o Argentina, entre otros.
El principal índice de la Bolsa japonesa, el Nikkei, caía en la apertura un 3%, algo más de lo que proyectaban los futuros de las bolsas de Nueva York y la Bolsa de Sídney (Australia) se hundía un 5%, augurando una nueva jornada negra en los mercados globales.
La semana pasada con la expansión del coronavirus por Europa (el 20 de febrero se conoció el primer caso en Italia) ya ha perdido casi 110 millones de euros de capitalización. El Ibex cayó el 3,54%, en la línea del resto de mercados del viejo continente que no consiguieron sortear el rojo: el CAC francés se dejó un 4,1%, el Euro Stoxx un 3,9%, el FTSE británico un 3,6% y el DAX alemán un 3,3%.
Estas caídas reflejan que el mercado ha interpretado que el impacto del coronavirus sobre la economía del viejo continente va a ser sustancialmente superior a lo esperado. Sin duda esta volatilidad durara el mes de marzo y a partir de abril con la información trimestral de las empresas se verán las verdaderas pérdidas del coronavirus. Una vez que se presenten los resultados con el impacto real sobre el primer trimestre, se abren dos escenarios principales. Por un lado, puede que sean peores de lo estimado y provoquen nuevas caídas. El segundo escenario sería que las caídas no hayan afectado la reducción de la actividad. De esta forma, se produciría un efecto rebote con una recuperación potente. No se termina de estimar los impactos globales del coronavirus cuando se presenta este conflicto entre la OPEP y Rusia.
Claramente la OPEP y Rusia han sorprendido al mercado con una guerra de precios en busca de una mayor cuota de mercado. Para observar una caída de igual magnitud hay que remontarse a mucho, pero mucho tiempo atrás: principios de la década de los noventa, en plena Guerra del Golfo.
Ante la negativa de Rusia de aceptar la disminución conjunta de 1,5 millones barriles al día, Arabia Saudí ha optado por jugar a la contra. A lo largo del fin de semana, su petrolera estatal doblo su producción en un movimiento contrario al propuesto originalmente y rechazado por el Kremlin. La acción prendería fuego en un mercado ya de por sí muy disputado, abriendo una batalla cruenta entre dos países que llevaban más de tres años remando en la misma dirección para tratar de hacer frente al dominio estadounidense.
Indudablemente que la OPEP cuenta con una ventaja sobre el resto de países petroleros: incluso si el precio por barril cayese al citado entorno de los 20 dólares, su producción seguiría siendo rentable, algo que no pueden decir ni los EE UU ni Rusia. Pero a los inversores la situación les recuerda demasiado a 2014, cuando los saudíes abrieron la llave para tratar de expulsar a parte de los productores fracking de Texas y el botín obtenido fue mucho menor de lo esperado: quebraron muchas firmas dedicadas a la obtención de crudo por fracturación hidráulica, pero Washington acabó saliendo reforzado como primer productor mundial.
La magnitud de la caída
Este domingo 8 de marzo, el petróleo West Texas Intermediate (WTI) alcanzó un precio de 33.3 dólares por barril desde 41.28 dólares que había cerrado el viernes pasado, es decir, un descenso de 19.33%, que a la apertura su caída alcanzó un 25.73 por ciento. De la misma forma, los futuros del crudo Brent caen 18.42%, desde 45.27 dólares por barril a 36.93 dólares
México
Las turbulencias de los mercados financieros encuentran a los países de América Latina y a México debilitado. La reducción de los precios del petróleo puede agravar el estancamiento de México cuyo PIB cayó un 0,1% en 2019, y amenaza la sostenibilidad de sus finanzas públicas, que dependen en parte de su producción de hidrocarburos. Este lunes la Bolsa mexicana ha caído más del 6%, la peor jornada desde la crisis financiera de 2008; el peso se ha depreciado en torno a 5% hasta las 21 unidades por dólar, la peor cifra en tres años; y la mezcla de crudo mexicano se ha desplomado un 31% hasta los 24 dólares, su precio más bajo en varios años.
El desplome del mercado petrolero sacude al país en un momento crítico sobre todo del contagio del coronavirus de algunas personas en México. Bajo estos basucazos externos es importante realizar una breve descripción de la economía mexicana ante esta nueva tormenta global, especialmente los puntos favorables y negativos de la economía mexicana ante la pandemia del coronavirus y la guerra del mercado de hidrocarburos entre Rusia y Arabia Saudita
Favorables
El Banco de México y la Secretaría de Hacienda han ampliado este lunes el programa de subastas cambiarias de 20.000 millones s a 30.000 millones de dólares con el claro objetivo para intentar mitigar la volatilidad de la moneda.
El Gobierno Federal cuenta con un colchoncito. En 2020 contrató seguros por valor de 20.000 millones de pesos, lo equivalente a unos 1.000 millones de dólares, que cubren un precio de 49 dólares el barril y lo protegen de caídas repentinas por debajo de ese precio. Sin embargo, esperemos que Hacienda haya cubierto una parte importante de la producción. El no tener el dato no sabemos qué tan expuestas quedan las finanzas públicas. Pero hay un colchoncito.
El Fondo de Estabilización de Ingresos Presupuestarios, es un instrumento que el Gobierno puede utilizar cuando los ingresos son menores de lo previstos. Es un instrumente para tiempo de crisis como el que se vive hoy en el mundo. Este fondo cuenta con 156 mil millones de pesos. El Fondo de Estabilización de Ingresos para los Estados con 60 mil millones de pesos. El crédito del FMI disponible para el gobierno mexicana por 61 mil millones de dólares.
Negativos
Para el diseño del presupuesto de 2020, la Secretaría de Hacienda proyectó un 18% de ingresos procedentes del sector petrolero. Lo hizo con un estimación de 1,9 millones de barriles diarios y un precio de 49 dólares cada uno. Esos dos supuestos penden de un hilo. En lo relativo a la producción de mezcla mexicana, con un precio típicamente más bajo a la de otros países debido a su pesadez, puede salir mal parada de esta lucha. La caída reduce la rentabilidad de la producción y, en el caso de los campos en aguas profundas, prácticamente la elimina por los altos costos que involucra su extracción.
La recuperación de la moneda no tiene un horizonte claro. En el corto plazo es poco probable un retorno a la cotización de poco más de 18 pesos el dólar alcanzado el mes pasado. La moneda va seguir cotizando con una alta volatilidad hasta que se controle el coronavirus y de la persistencia de Arabia Saudí en su guerra de precios para doblar la mano de Rusia.
La calificación crediticia de Pemex, la petrolera más endeudada del mundo, que el Gobierno se ha propuesto rescatar tras años de declive, fue rebajada en junio por Fitch con la calificación de bono en grado especulativo. Las otras dos grandes agencias, Moody’s y S&P, mantienen por ahora el grado de inversión, aunque esto puede cambiar en los próximos meses debido al deterioro de las perspectivas económicas.
La curva máxima del coronavirus llego a su máximo en China y al parecer han disminuido los contagios. Por otra parte el mercado de hidrocarburos es muy volátil en el corto plazo y en el mediano plazo se logra no solo recuperar sino incrementar el precio. Estas serían buenas noticias para México y el mundo.