Estado Unidos, 21 febrero (LaOpinión).- Una mujer de Nicaragua que llegó a los 12 años a Estados Unidos a reencontrarse con su madre que había migrado previamente, pasó más de una década secuestrada por traficantes sexuales que la obligaron a prostituirse.
A Rosa Castillo, su madre la dejó en el país centroamericano para venir a EU, y luego la mandó a buscar con un coyote cuando ésta tenía 12 años.
Y esa fue la peor decisión.
“En ese momento fui vendida, la primera vez, a un grupo de 30 militares, perdí la consciencia de lo que hacían con mi cuerpo, que no soportaba. Volvía y me desmayaba, Volvía y me desmayaba. Cuando han terminado, llaman a mi ‘tratante’ y me vuelve y y me recoge, y voy a otro lugar”, relató en entrevista con Al Rojo Vivo.
Castillo relató que en su cautiverio por 14 años la encerraban en una especie de jaula y cada día debía entregarle a sus verdugos al menos 800 dólares de ganancias por los servicios sexuales. Si no cumplía con la cuota, le pegaban.
“La primera vez que intenté escapar, ellos me golpearon aquí y aquí…¿ves la cicatriz?, ¿ves la otra?”, recordó la entrevistada mientras señala los extremos de su sien.
Agregó que la segunda vez la marcaron en su seno derecho; no especificó con qué.
Haber quedado embarazada le dio el valor de escapar por tercera vez. Castillo metió a su bebé en una maleta y saltó una cerca aprovechando que sus captores estaban ebrios después de una fiesta.
Elementos de la Patrulla Fronteriza la rescataron. Algunos de los agresores de Castillo fueron capturados y cumplen prisión a raíz de su denuncia a las autoridades.