Al mexicano Abel Revill Ochoa le fue aplicada la inyección letal en Texas, Estados Unidos, al ser condenado a muerte en 2003 por el asesinato de cinco miembros de su familia en Dallas en 2002.
La inyección letal se realizó en la prisión de Huntsville y el portal The Marshall Proyect registró la ejecución a las 19:01 horas.
The Marshall Proyect lleva un conteo de todas las ejecuciones en Estados Unidos desde 1976 e indicó que Abel Revill Ochoa fue la persona mil 515 de ser ejecutada en dicho país, la 569 en Texas y la mil 336 persona ejecutada por inyección letal.
Abel Revill Ochoa was the 1,515th person executed in the U.S. since 1976. https://t.co/nyxWrqcxkN
— The Next To Die (@thenexttodie) February 7, 2020
El mexicano el día de su arresto confesó haber asesinado a su familia y culpó de su arrebato violento a las drogas que había fumado anteriormente.
“Mi cuerpo comenzó a querer más crack“, dijo Ochoa a la policía, según The Marshall Proyect. “Sabía que si le pedía más dinero a mi esposa, no me dejaría tenerlo. Sabía que discutiría conmigo sobre el dinero, tal como lo habíamos hecho en el pasado”.
En 2000, Ochoa se volvió adicto a las drogas, financiando un hábito de crack con un esquema de préstamo ilegal, según los registros judiciales.
Un domingo de agosto, dos años después, Ochoa fue a la iglesia con su familia. De camino a casa, le pidió dinero a su esposa para comprar drogas. Ella cedió, y él compró una roca de crack de 10 dólares, según los registros judiciales. Salió para fumarlo, luego entró en la habitación y volvió con una pistola de 9 mm. Entró en la sala de estar, donde le disparó a su esposa, a su hija de 9 meses, Anahi, a su suegro, Bartolo Alvizo, y a sus cuñadas Alma Alvizo y Jackie Smith. Luego entró en la cocina y le disparó a su hija de 7 años, Crystal, cuatro veces. Solo Alma sobrevivió.