Hermosillo, Sonora.- Como si hubiera ocurrido ayer, Armando Valenzuela Atondo recordó el día que sufrió un accidente automovilístico, el cual lo hizo perder su pierna derecha luego de que el auto en el que viajaba le cayó encima a sus 17 años.
Fue en 2002 que Armando fue invitado a una reunión de amigos en Mascareñas, en la ciudad fronteriza de Nogales.
“Yo no tenía ganas de salir, lo que quería era descansar en casa. Hasta que lograron convencerme con mucha insistencia, y pues accedí”, dijo.
Recordó que salió de su casa con amigos a bordo de un pick up con rumbo al lugar turístico, sin embargo, la situación no pintaba del todo bien, luego de que optaron por comprar alcohol, inclusive la persona que manejaba el carro.
“Recuerdo quien conducía el carro, era una muchacha de 16 años. Yo ya tenía tres años manejando carros, pero aun así no me lo quiso prestar para que ellos tomaran a gusto”, relató.
Accedió a seguir en el vehículo a pesar de que su amiga conducía bebiendo alcohol arriba del vehículo.
Destacó que al salir de comprar cerveza, fue en una curva del camino de terracería a Mascareñas donde sufrieron una volcadura al no lograr frenar a tiempo y terminar en un bordo.
“Agarro la curva la muchacha y no supo frenar, el carro derrapó hasta terminar volcado y fue que terminé con la pierna prácticamente hecha pedazos”, dijo.
Al cuestionarlo acerca de qué ocurrió con sus demás amigos, indicó que por fortuna ellos no sufrieron lesiones de gravedad.
“Doy gracias a Dios que a ninguno le pasó un daño mayor como a mí, fueron puros arañones en la cara y en los brazos pero nada de gravedad, a pesar de que la camioneta quedó hecha pedazos”, comentó.
A pesar de que Armando perdió su pierna, su constancia por salir adelante ha sido mayor, asegurando que no fue un obstáculo para seguir con su vida y ver por el bienestar de su familia.
Recomendó a los jóvenes, como él fue en su momento, a que eviten beber alcohol y manejar, además de que es mejor optar por un transporte alternativo como taxi o automóvil de aplicación.