La lista original era de 89 organizaciones que manifestaron al INE su intención de convertirse en nuevos partidos políticos; entre ellos había de todo: ambientalistas, existencialistas, colosistas, socialistas, comunistas, federalistas, demócratas, republicanos, indigenistas, nacionalistas, conservadores y ultraconsevadores.
Había proto partidos que pretendían llamarse Pueblo Bueno, Fuego Nuevo, Águila Real, Proyecto Migala, Orden y Progreso, Servidores de Dios, Promérito y otras rarezas, pero la lista se redujo a 82 solicitudes procedentes y, de ésas, 9 presentaron un desistimiento y 73 siguieron el proceso.
Dice la ley que las organizaciones que aspiran a convertirse en nuevos partidos políticos nacionales deben realizar 20 asambleas estatales con 3 mil asistentes cada una, o 200 asambleas distritales de 300 personas cada una. Además de demostrar que tiene al menos 256 mil 30 afiliados con credencial para votar (esto es, mínimo el 2 por ciento del padrón electoral).
En el proceso actual, 47 organizaciones informaron al INE que harían asambleas estatales, y 26 optaron por asambleas distritales, pero sólo 11 presentaron una agenda de asambleas, que resulta indispensable para que el INE pueda verificar que se llevaron a cabo con los requisitos de ley.
¿Cuáles son los proyectos que ya se quedaron en el camino?
La información preliminar que ha hecho pública el INE sobre el proceso de formación de nuevos partidos deja ver que, de las organizaciones que presentaron al INE su agenda para la realización de asambleas, sólo seis han celebrado alguna.

Esto excluye proyectos de los que se habló mucho en un principio, como el movimiento Viva México, impulsado desde la ultraderecha por el actor Eduardo Verástegui; el también ultraconservador México Republicano, lidereado por Iván Peña Neder; Alternativa Popular, del ex priista chiapaneco César Augusto Santiago, y México Nuevo, del exgobernador oaxaqueño Ulises Ruiz.
También están fuera del proceso, cuatro organizaciones que presentaron agenda de asambleas, pero no han realizado ninguna: Movimiento Ambientalista Social por México, Transformación que Fortalece a México, Ciudadanía Ya y México Presente.
Otras tres organizaciones van muy atrasadas y podrían quedarse en el camino: la Asociación Nacionalista de México, dirigida por el neoleonés Braian Leonardo Sandoval Gatica, que sólo ha hecho dos asambleas distritales; el Frente por la Cuarta República, dirigido por el experredista Elías Miguel Moreno Brizuela, que ha hecho tres asambleas distritales, y el Movimiento Único de Renovación Opositora (MURO), dirigido por Fernando González, yerno de Elba Esther Gordillo, con sólo cuatro asambleas distritales.
Esto quiere decir que quedan vivos, y con posibilidades de lograr su cometido, sólo tres proyectos: Que Siga la Democracia APN, que ha celebrado ya 21 asambleas distritales; Personas Sumando en 2025 AC, que ha realizado 72 asambleas distritales, y Construyendo Sociedades de Paz AC, que ya hizo 107 asambleas.
De esas tres organizaciones, sólo una representa un proyecto opositor, y dos son movimientos afines a la llamada cuarta transformación.
Que siga la Democracia es una Agrupación Política Nacional dirigida por Édgar Francisco Garza Ancira, que es esposo de la diputada federal de Morena, Gabriela Jiménez. La organización surgió en 2021 con el propósito de recabar las firmas necesarias para que se convocara la consulta de revocación de mandato de Andrés Manuel López Obrador.
Como se trataba de una ratificación del mandato de AMLO, y no de una revocación, Que Siga la Democracia fue apoyada por Morena para presentar millones de firmas ante el INE, que terminó sancionando a la organización por incluir firmas duplicadas, falsificadas, registradas sin notificar al ciudadano al que pertenecía y firmas de personas fallecidas.
Los actuales dirigentes de la APN enfrentan un proceso interno en la Comisión de Honor y Justicia de Morena por haber iniciado la fundación de un nuevo partido, pero Gabriela Jiménez sigue siendo diputada federal de Morena.
El regreso del PES
Construyendo Sociedades de Paz AC es la organización más avanzada en este proceso; ha intentado 165 asambleas, ha logrado 107 y 58 las canceló por falta de quórum.

La AC busca llamarse Construyendo Solidaridad y Paz, su logotipo son las siglas CSP (idénticas a las de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo), y sus dirigentes son exdirigentes del Partido Encuentro Social y el Partido Encuentro Solidario, dos partidos extintos en 2018 y en 2021 por no haber alcanzado el mínimo del 3% de la votación nacional para conservar su registro.
El famoso PES, ligado a los evangélicos, se encuentra aún en proceso de liquidación ante el INE; sin embargo, sus dirigentes ya buscan un nuevo registro, con dos representantes legales: el exdiputado federal Armando González Escoto, y Edith Carolina Anda González, quien es suplente en la actual Legislatura de Hugo Eric Flores, que es el auténtico dirigente del PES a nivel nacional.
El partido de la Marea Rosa
El otro partido en formación que podría lograr su cometido fue registrado con el nombre de Personas Sumando en 2025 AC, pero su marca es Somos México, y es un grupo surgido del Frente Cívico Nacional y las agrupaciones que integraron la llamada “Marea Rosa” que en 2022 y 2023 se movilizaron en defensa del INE ante los intentos de reforma electoral impulsados por López Obrador.

Somos México conserva el rosa del INE en su logotipo, ha intentado 132 asambleas distritales, ha logrado 72 y 59 las tuvo que cancelar por falta de quórum.
Tiene como representante legal a Carlos Ferrer, ex director de la Unidad Técnica de lo Contencioso Electoral en el INE, y en la organización confluyen otros ex funcionarios del INE de Lorenzo Córdova, como el exsecretario ejecutivo Edmundo Jacobo.
Los dirigentes visibles y voceros de la organización son el exsenador sin partido Emilio Álvarez Icaza, el exdirigente del PRD Guadalupe Acosta Naranjo y el exdiputado Fernando Belaunzarán, todos ellos miembros del Frente Cívico Nacional (FCN).
Tanto el FCN como la Marea Rosa respaldaron la candidatura presidencial de Xóchitl Gálvez en 2024, y fueron los artífices del cierre de campaña de dicha candidata en el Zócalo capitalino, en mayo de ese año.
¿Qué sigue?
Las organizaciones que buscan convertirse en partido político tienen hasta el 15 de enero de 2026 para completar las 200 asambleas distritales y presentar al INE 256 mil 30 afiliaciones validadas en el Registro Federal de Electores.
A más tardar el 25 de febrero de 2026, deberán celebrar una asamblea nacional constitutiva, donde se aprueben sus documentos básicos, y después de eso el INE revisará si cumplieron los requisitos.
Todavía tocará al Consejo General del INE con su integración actual aprobar o rechazar los registros, en función de asambleas, afiliaciones y haber cumplido las reglas de financiamiento (en 2020, el partido México Libre, de Margarita Zavala y Felipe Calderón quedó fuera por violar las reglas de fiscalización).
Quienes logren el registro podrán competir en las elecciones federales intermedias de 2027, sin aliarse con ningún otro partido, y si consiguen el 3% mínimo de votación, irán a las presidenciales de 2030.
Es una ruta compleja y burocrática, pero es la que siguieron López Obrador y Morena entre 2013 y 2018 para llegar a ser partido y ganar las posiciones que actualmente ocupan.