Hermosillo, Sonora.- “Cerdei” ha vivido seis tranquilos años en el patio de la rescatista Claudia Balcázar Guzmán, responsable de la fundación ‘Pata de Perro‘, donde tiene todas las comodidades que un cerdo vietnamita panza de cazuela pueda desear.

De acuerdo con su dueña, el cerdito fue ofrecido a través de páginas de Internet pues su dueño original decidió no tenerlo después de un año de cuidarlo.
“Fue por redes sociales, es un cerdo vietnamita panza de cazuela adoptado, yo no lo rescaté, lo estaban poniendo en adopción… Y dije ‘quiero conocerlo’, y ya me pasaron el número de la persona que lo estaba poniendo en adopción”.
A raíz de esta oportunidad, Claudia decidió documentarse sobre la especie y a leer mucho, platicando con múltiples veterinarios sobre los cuidados que debe tener una especie así.
Aun así, cuidar de “Cerdei” probó ser un reto mayor al de sus expectativas iniciales, por lo que no puede recomendarlo a cualquier amante de los animales.
“No recomiendo que la gente se haga de estos animales, no sé si sea contradictorio, pero es complicado, es difícil, es pesado, no cualquiera y pues también tenemos un animal que no es de este clima, que sus necesidades son otras”.
“Obviamente te puedo decir que yo lo adoro, es un animal muy noble, me hace mucho caso, es muy entendido, es amoroso; él tiene su manera de comunicarse, pero sobre todo a mí me ha sorprendido lo inteligente y lo entendido que es”, narró.
“Cerdei” se encuentra esterilizado y castrado debido a que estaba demostrando problemas de comportamiento, explicó la titular de Pata de Perro, debido a sus hormonas.
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Sin embargo, en palabras de Claudia, “Cerdei” ya “pegó el viajazo”, por lo que es tranquilo y se deja llevar por su monótona y rutinaria vida junto a su juguete de comida, su aparato de refrigeración y su bebedero, además de la compañía que le hacen las demás mascotas de la activista.