“Chihuahua no será un estado santuario para migrantes”, asevera Maru Campos ante la inminente crisis de migrantes por las deportaciones masivas que hará Donald Trump en su llegada a la Casa Blanca.
La gobernadora asegura que no hay recursos que alcancen para responder y también habría una crisis de inseguridad en el estado, que ya de por sí el tráfico de personas vale millones de dólares.
Aunque Maru Campos aclaró que los migrantes si serán bienvenidos en el estado y serán acogidos, solo será de paso y por eso se dice dispuesta a ofrecer autobuses, incluso aviones para el tránsito de deportados, pero de entrada, cierra la puerta a que permanezcan en Chihuahua.
“Lo que hemos dispuesto en este gobierno es ser un gobierno que reciba dignamente a nuestros hermanos migrantes, pero hasta ahí. No podemos volvernos un santuario, un estado santuario, porque tenemos muchas necesidades como es la Sierra Tarahumara y como es Ciudad Juárez”, comentó en entrevista.
Aunque Chihuahua tiene alrededor de 630 kilómetros de frontera con Estados Unidos, colinda con Nuevo México y Texas, este ya se está preparando ante las posibles deportaciones, con esto asegurando 31 albergues alrededor de la entidad.
“La exigencia por parte de la gobernadora de estar prevenidos, de estar alertas, ahorita estamos revisando, por ejemplo, los albergues, la parte de protección civil en los albergues, la parte de infraestructura, conocer bien en qué estado se encuentra Ciudad Juárez en materia migratoria para poder atender de paso a nuestros hermanos migrantes”, expresó.
El gobierno estatal destina alrededor de 5 millones de pesos mensuales para atender todos los temas relacionados con la migración, tanto de deportados como los que llegan buscando cruzar a la unión americana.
Al menos el 15% de los habitantes de Ciudad Juárez vive en pobreza alimentaria, en la Sierra Tarahumara hay falta de alimento, desnutrición y se registran todavía personas en pobreza urbana.
Con información de Milenio.