Igual que en el juego de “Serpientes y Escaleras”, en el juego de la política, cada movimiento hacia adelante puede ser interrumpido por una serpiente que te devuelve a una posición más baja, mientras que una escalera te permite ascender rápidamente. Esta dinámica es una metáfora perfecta para la lucha de las minorías en Estados Unidos por ser parte de las grandes decisiones, especialmente las mujeres y los ciudadanos de color. A lo largo de la historia, estos grupos han enfrentado obstáculos significativos, pero también han logrado avances notables.
Los últimos días en la agenda mediática del mundo se discutía la retórica violenta de la campaña de Trump hacia los “no blancos” y, sobre todo, hacia algunas protagonistas mujeres del actual escenario electoral de los Estados Unidos. Toda esta narrativa sólo deja claro que, aun en pleno 2024, la historia de intentos de intimidación a los distintos y a las mujeres se sigue escribiendo.
Pero volviendo al tema del juego de las Serpientes y Escaleras, veamos las serpientes. Durante gran parte del siglo XX, las leyes de Jim Crow impusieron segregación racial y discriminación en el sur de Estados Unidos, dificultando la participación política de los afroamericanos. Grupos como los Ku Klux Klan utilizaron la violencia y el terrorismo para intimidar a los ciudadanos de color y a las mujeres que intentaban participar en la política.
Pero por fin caímos en una escalera y, a pesar de estos obstáculos, las minorías han logrado avances significativos. La Ley de Derechos Civiles de 1964 prohibió la discriminación racial en muchos aspectos de la vida, incluyendo el derecho al voto. Movimientos como el de Martin Luther King Jr. y las marchas de Selma a Montgomery en 1965 fueron escaleras importantes hacia la igualdad política.
La súper escalera sin duda fue la Decimonovena Enmienda de 1920 que otorgó el derecho al voto a las mujeres, permitiéndoles participar en la política. Y casi un siglo después, Barack Obama se convirtió en el primer presidente afroamericano en 2008 y fue un gran símbolo de verdadera democracia, seguido por Kamala Harris como la primera vicepresidenta afroamericana y asiático-americana en 2020.
Esta historia de la participación de la mujer en Estados Unidos y en el mundo estará tomando la escalera de más ascensos si Kamala Harris gana la presidencia. Su victoria no solamente representaría un hito histórico, sino también un avance significativo en la lucha por la igualdad de género y la representación de las minorías. Sin embargo, gran gloria podría verse neutralizada por la serpiente de la indiferencia de las mujeres y ciudadanos que no se den cuenta de la oportunidad que está frente a ellos y decidan no tomar “pasar sin ver”. Es esencial que todas las mujeres y minorías participen activamente en este proceso, votando y apoyando a aquellos que luchan por sus derechos y representan sus intereses. Es una nueva era, para asumirla es importante abordar el gran símbolo. Después de este martes 5 de noviembre, esto comenzará de nuevo y ya veremos qué sigue para el mundo. Seguimos en esto.