En un mundo donde el aire parece algo garantizado, la realidad es que cada bocanada que tomamos puede estar cargada de amenazas invisibles. El 7 de septiembre, el Día Internacional del Aire Limpio por un Cielo Azul, nos recuerda que el aire que respiramos es mucho más que una mezcla de gases: es vida, salud y futuro. Sin embargo, está en peligro, y con él, todos nosotros.
El aire limpio es esencial para nuestra salud, pero ¿sabías que el 99% de la población mundial respira aire contaminado? Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la contaminación del aire es una de las mayores amenazas para la salud pública, causando más de 7 millones de muertes prematuras cada año. Aunque suene impactante, el problema muchas veces pasa desapercibido, ya que no podemos ver los contaminantes flotando a nuestro alrededor, a pesar de sus efectos devastadores en nuestros pulmones, corazones y en el clima global.
La mayoría de las personas asocia la contaminación del aire con grandes ciudades, nubes de humo y fábricas industriales. Sin embargo, la realidad es que también en zonas rurales, donde la quema de biomasa para cocinar o calentar afecta a millones de personas. Partículas en suspensión (PM2.5), dióxido de nitrógeno (NO2) y ozono troposférico son algunos de los principales culpables. Estos contaminantes no solo dañan los pulmones, sino que agravan enfermedades como el asma y afectan gravemente a niños, ancianos y personas con problemas de salud preexistentes.
Pero no es solo una cuestión de salud. La contaminación atmosférica también es un gran contribuyente al cambio climático, afectando la capacidad de la atmósfera para regular la temperatura del planeta. Cielos más claros y azules también significan menos gases de efecto invernadero, lo que puede ayudar a frenar el calentamiento global.
Afortunadamente, mejorar la calidad del aire no es una misión imposible. De hecho, muchas ciudades y países han logrado grandes avances gracias a políticas que promueven el transporte sostenible, la energía limpia y la reducción de emisiones industriales. La implementación del Acuerdo de París también contribuye indirectamente a mejorar la calidad del aire, ya que, al reducir las emisiones de carbono, también se reducen los contaminantes atmosféricos.
Pero que podemos hacer en el marco de esta conmemoración, debemos de reflexionar sobre el estado de nuestro aire y por ende tomar acción. Hay muchas maneras en las que tú puedes contribuir a mejorar la calidad del aire, desde lo personal hasta lo colectivo: Algunos ejemplos son, movilidad sostenible, impulsar las energías limpias y participar en iniciativas locales que promuevan acciones que ayuden a tener más aire limpio.
El aire es un recurso común, pero sus consecuencias no afectan por igual a todos. Las comunidades más vulnerables, como aquellas en países en desarrollo o barrios marginados, son las que sufren más intensamente los efectos de la contaminación del aire. Por eso, este día debe ser un recordatorio para exigir un futuro con cielos más azules, para que todos, sin importar dónde vivamos, podamos disfrutar del derecho básico a respirar aire limpio.
Así que la próxima vez que mires al cielo, pregúntate: ¿qué estoy respirando hoy y cómo puedo hacer que mañana sea mejor?
Lic. Pamela Ibarra Dávila
Presidenta de Cultura Verde Amor por el Planeta A.C.