BRASILIA (AP) — El presidente brasileño Luiz Inácio ‘Lula’ Da Silva invitó el martes a los mandatarios sudamericanos a limar asperezas para encontrar puntos de unión que fomenten la integración y sitúen a la región como un actor de relevancia en el escenario mundial.
“Mientras estemos desunidos no haremos de Sudamérica un continente desarrollado en todo su potencial. La integración debe ser un objetivo permanente. Dejar que las divergencias se impongan sería muy costoso, además de desperdiciar lo mucho que ya hemos construido juntos”, dijo Lula al abrir una cumbre en el Palacio Itamaraty, en Brasilia.
A la cita asisten los presidentes de Argentina, Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador, Guyana, Paraguay, Uruguay, Surinam y Venezuela. Por parte de Perú acude Alberto Otárola, presidente del Consejo de Ministros.
El dirigente izquierdista brasileño empleó una metáfora futbolística para destacar las posibilidades de lograr una unión armónica en el subcontinente.
“Incluso en el fútbol, un deporte que aprendimos a amar de niños, es posible ver el retroceso de las rivalidades. El año pasado vivimos algo impensable: brasileños alentando a Argentina en la final del Mundial de Qatar”, dijo sobre el campeonato ganado por el eterno rival de Brasil.
La reunión de mandatarios de los países de América del Sur fue convocada por Lula, quien intenta afianzar su liderazgo regional luego de su regreso al poder en enero.
Los dirigentes procurarán identificar un conjunto de iniciativas en las áreas de salud, combate al delito transnacional, defensa, integración física y transición energética.
El analista argentino Jorge Arias, director de la consultora Polilat, afirmó a The Associated Press que Brasil buscaría “imprimir un sello menos ideologizado” a su actual iniciativa de integración sudamericana, con el fin de conseguir cierta unidad y asegurar que perdure.
En su lista de propuestas presentadas a los presidentes, Lula habló de la creación de una moneda comercial común, en sustitución del dólar estadounidense, así como de la apuesta por los bancos nacionales de desarrollo de los distintos países, un mercado energético común y la integración en materia defensa para proteger las fronteras.