Columna ¿Qué Sigue?
Todas las épocas tienen sus símbolos, sus iconos, algunas que marcan inicios otros cierres. Xavier López “Chabelo” murió la madrugada del sábado y la noticia, esta vez verdadera, corrió como pólvora en todos y cada uno de los canales de comunicación del auditorio latino del mundo.
Nacido el 17 de febrero de 1935, en Illinois, ahora nos enteramos que fue un niño del campo, que conquistó el tenebroso distrito federal en los años 60s y 70s; especialmente cuando nace el programa de televisión “En Familia” que arrancó cada mañana del domingo por canal 2 de lo que hoy es Televisa y permaneció tras 48 años al aire con una última transmisión el 20 de diciembre del 2015. Aunque a simple vista era un programa infantil más de variedades y concursos, realmente fue un ejercicio de mercadotecnia gigantesco, que atrajo el patrocinio de enormes marcas. Fueron algunas de las más grandes atraídas como patrocinadoras, pero sin duda la que lo enmarca dentro de una época es la entonces poderosa Editorial Novaro, conocida por sus siglas EN.
Chabelo tuvo una estrecha relación con la industria del comic a través de EN. A principios de los sesenta, Miguel Alemán compró junto con Rómulo O’Farril y un par de inversionistas estadounidenses la emblemática editorial, y a partir de ahí la relación de Chabelo con la Novaro fue fundamental; el título del programa televisivo “EN Familia con Chabelo” utilizaba la palabra “EN”.
Con el logo de Editorial Novaro, se crearon concursos especiales dedicados a los títulos e historietas EN y la empresa le patrocinó un par de películas. Esto contribuyó mucho a la inserción de las revistas sobretodo en la clase media. “Chabelo” apareció además como personaje en un par de historietas, una publicada por Editormex y dibujada por Héctor Macedo y la otra de Editorial Antares.
Si bien es cierto EN Familia estuvo al aire casi 50 años, su verdadera audiencia osciló entre los años 1973 a 1988, por la suma de dos factores, lo suficiente adelante en el tiempo para que cada familia de este país tuviera un televisor, y los suficiente antes de la aparición de los video juegos y video películas que literalmente extrajeron a niños y adolescentes de la adicción a los comics. Una generación con una infancia más intensa y prolongada, que requería de mucha más práctica de la imaginación y que fue tenaz lectora del formato revista historieta: sobre todo las de superhéroes que aún perduran y que fueron el principal entretenimiento juvenil durante décadas. Muchos de sus personajes pasarían al cine, a la animación y luego a los videojuegos.
Más que “el amigo de los niños” Chabelo fue aliado de toda una juvenil generación, pero además un visionario empresario, que supo conquistar la voluntad del “tigre” de México Emilio Azcárraga Milmo, al grado de este último dejar inamovible el espacio de Xavier López “Chabelo” por casi 2 décadas después de su fallecimiento.
Los “comics” ya son obras de arte propiedad de una generación extraordinariamente creativa que ahora ha hecho de cada ejemplar prácticamente una joya. Resulta que los fanáticos se acercan a los centros de colección para comprar y vender comics y otros objetos relacionados con el mundo de famosos ejemplares. Todos sueñan con encontrar la próxima joya escondida que valga millones de dólares, como ocurrió con el primer ejemplar de la colección oficial de Batman, que desató una verdadera batalla de ofertas en 2013. Este número en el que aparecen personajes como el Guasón y Gatúbela, se vendió por 567mil 625 dólares y aún más lo que sucedió con el N°1 de “Action Comics” primera historieta de Superman, que se vendió en 2014 a través de EBay en 3.2 millones de dólares.
La humanidad latina despide a un icono de la sobrevivencia y triunfo en una era de gran cambio, que encontró en el público infantil y juvenil, la audiencia que lo convertiría no solo en un hombre con una gran solvencia económica, sino un ejemplo del trazo de un mapa hacia la trascendencia en el tiempo.
Con su partida como todo en la vida es hora de decir adiós a un tiempo. Seguramente todas las generaciones de la humanidad han aportado su parte al progreso de nuestra sociedad y lo seguirán haciendo. Por hoy, nos queda claro que, en todo gran mundo, habitan grandes hombres. QEPD.
Por Sara Thomson