Por Dolia Estévez
Washington, D.C.- El viaje a México del presidente de Estados Unidos Joe Biden este domingo, el primero de un mandatario estadounidense a la CDMX en 10 años, se dará tres días después de la dramática aprehensión del narcotraficante Ovidio Guzmán López en Culiacán, que desató una intensa jornada de narco violencia en Sinaloa.
John Kirby, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca declaró a medios que el combate al narcotráfico y el trasiego de fentanilo es uno de los tres temas centrales que abordará Biden con el presidente Andrés Manuel López Obrador durante su visita.
De acuerdo con la inteligencia de EEUU, Ovidio Guzmán, hijo menor de la dinastía de El Chapo Guzmán Loera, es uno los principales traficantes de fentanilo, cuyo consumo ha causado más de 100 mil muertes anuales por sobredosis de estadounidenses.
En 2018, el Departamento de Justicia acusó a Ovidio y a su hermano Joaquín Guzmán López de tráfico de drogas y ofreció 5 millones de dólares de recompensa por cada uno.
En 2019 Ovidio fue detenido por petición de Washington con fines de extradición, pero López Obrador ordenó su liberación ante el poder de fuego de los narcos que rebasó al ejército.
La detención de Ovidio, sin restarle importancia, no augura un cambio en la estrategia de abrazos no balazos de López Obrador. Es una victoria táctica. Aislada. Un golpe mediático para endulzar la visita de Biden. Difícilmente reducirá el trasiego de drogas. Otra cosa sería si junto con Ovidio se hubiera capturado a la estructura de mando completa del Cartel de Sinaloa y desmantelado laboratorios de fentanilo. Una golondrina no hace verano.
El Canciller Marcelo Ebrard dijo el jueves que no habrá extradición “fast track” y que Ovidio primero será procesado en México. Pero, ni Ebrard ni ningún otro funcionario de seguridad de AMLO han dicho de qué está acusado presuntamente por la FGR. Ni siquiera han informado si hay una carpeta de investigación y orden de detención en México.
Biden, quien adelantó su viaje a México para llegar el domingo tras una breve visita a El Paso, Texas, también abordará con AMLO migración, cambio climático, equidad, diversidad e inclusión; competitividad de la región; y la relación comercial que ha generado diferendos sobre energía y maíz en el marco del Tratado entre México, Canadá y Estados Unidos—T-MEC
De acuerdo con la Cancillería, el lunes por la mañana Biden tendrá una reunión bilateral con el presidente mexicano en Palacio Nacional.
El martes, se celebrará en la capital mexicana la X Cumbre de Líderes de América del Norte, con López Obrador y el PM de Canadá, Justin Trudeau, que concluirá con un mensaje a medios. Una noche antes, habrá cena de los tres jefes de Estado con sus respectivas esposas.
La visita de 48 horas de Biden a México se desarrollará en medio de un fuerte dispositivo de seguridad que, en las últimas 24 horas tras la detención de Ovidio, se ha expandido y robustecido.
El jueves, el gobierno estadounidense finalmente informó que el avión de Biden, el Air Force One, aterrizará en el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles presuntamente para complacer la insistente petición de AMLO. La decisión coincidió con la aprehensión de Ovidio.
La comitiva de Biden estará integrada por Antony Blinken, secretario de Estado, Alejandro Mayorkas. Secretario de Seguridad Nacional; Jake Sullivan, consejero de Seguridad Nacional, Gina Raimondo, secretaria de comercio, Chris Dodd, asesor especial del presidente para el hemisferio occidental, y el Embajador Ken Salazar.