Columna Contra las Cuerdas
A más de un mes de la explosión en la vivienda de dos pisos en San Esteban 267, fraccionamiento Santa Fe Cactus, en Saltillo, donde dormían cinco escoltas del fiscal Gerardo Márquez Guevara, cada vez hay más sospechas que se trató de un atentado; las autoridades de justicia mantienen oculta la información, no han dado a conocer los resultados periciales del día de la desgracia (7 de septiembre), donde murieron tres de los guardaespaldas del fiscal y dos resultaron graves. La Fiscalía tampoco ha informado sobre el estado de salud de los dos heridos, bien rara la manera en que han manejado el asunto, como si en el fondo hubiese algo turbio que quisiera esconder.
Aunque esta columna no pudo obtener información de manera oficial, fuentes de la Fiscalía revelaron a este espacio que, contrario a lo que sucede en otras investigaciones parecidas en Coahuila o cualquier parte del país, se limpió la escena de la explosión en menos de 18 horas. Es un récord, de acuerdo con peritos consultados, en otros casos parecidos se lleva seis semanas o más en levantar los escombros, hasta que las muestras o inspección de la zona siniestrada se haya estudiado con expertos en diferentes materias, más cuando hay funcionarios involucrados. Eso solo se hace si se pretende borrar todos los indicios, con intenciones de encubrir algo que no se quiere que se sepa, dijo un especialista en investigaciones periciales consultado.
Solo se ha dicho de manera informal que se trató de un accidente por gas doméstico acumulado, pero un tercer punto en las irregularidades sobre las investigaciones de la explosión en San Esteban 267, de manera inexplicable, revela que no se pidió apoyo en materia pericial a la delegación Coahuila de la Fiscalía General de la República (FGR), de acuerdo con información de la propia dependencia federal. Estamos hablando de una de las peores investigaciones en lo que va del sexenio del gobernador Miguel Riquelme a pesar de que se trata de un tema delicado, una explosión en la que las víctimas son elementos de la Agencia de Investigación Especial, entre quienes se encuentra el jefe de escoltas del titular de la Fiscalía local.
La explosión o atentado, aún no está claro, levantó muchas más sospechas que escombros, debido a que en semanas anteriores se dieron diversos accidentes en contra de agentes de la Fiscalía, entre los que destaca un choque en la carretera 57, cerca de Monclova, donde hubo varios heridos al supuestamente chocar contra una vaca, así como una serie de enfrentamientos a balazos, que no fueron informados por la dependencia a la opinión pública.
UPPERCUT: La explosión que dejó más dudas que escombros tiene más irregularidades, que se darán a conocer mañana en una segunda entrega. También destapó que la casa de dos niveles, reducida a escombros en su totalidad, lo cual es inexplicable para los expertos si se tratara de una implosión por una fuga de gas en la estufa, también dejó ver que la empresa que construyó esa y otras casas en el fraccionamiento y en la alcaldía es JISA, perteneciente a la familia de Manolo Jiménez, ex alcalde de Saltillo, actual secretario de Desarrollo Social en Coahuila y aspirante del PRI al gobierno.