Por Karla Acosta
“A ti que peleaste con uñas y dientes,
valiente en tu casa y en cualquier lugar…”
– ‘Señora señora’, Denis de Kalafe.
Hermosillo, Sonora.- Al escuchar el verso anterior, es casi imposible no recordar este 10 de mayo a las Madres Buscadoras, quienes no pierden la esperanza de hallar a sus familiares desaparecidos.
Doña Rufina Vázquez Ramos, la “viejita del machete”, pertenece al colectivo y, a pesar de su edad y limitaciones físicas, no para de buscar a sus hijos desde hace tres años.
Rufina de 72 años dio a luz a siete hijos: Dos hombres mayores y cinco mujeres.
Cuando Julián y Emilio desaparecieron en 2018, doña Rufina puso primero el bienestar de sus hijos antes que ella y salió a buscarlos a la calle 12 del Poblado Miguel Alemán; salía a todas horas del día sin medir el peligro que representaba para ella.
En su desespero, ella creía ver a otras personas con la bicicleta de sus hijos y se acercaba a preguntar.
En ese momento, sus hijas intervinieron y enviaron a doña Rufina a su ciudad de origen, Oaxaca, pero su amor de madre no le permitía estar tranquila y deseaba viajar a Sonora para buscar a Julián y Emilio.
“Estando allá yo me puse a platicar con Dios y le pedí que me mostrara miedo si yo corría peligro. Y si no corro peligro, dame ánimos para irme. Di unos cuantos pasos y sentí que me podía ir. Le di gracias a Dios y le dije: “sí me voy, no soy una cobarde”. Me fui a Coppel a pedir dinero prestado, compré mi boleto para el camión y le dije a mi hermana “Carnala, yo ya me voy a Sonora. Voy a buscar a mis hijos”, dijo Rufina.
En 2019, doña Rufina regresó a Sonora y fue cuando inició a formarse el colectivo Madres Buscadoras encabezado por Cecilia Flores.
Durante una jornada de búsquedas en el poblado, la mujer se acercó a quienes se encontraban en el lugar y comenzó a mover la tierra para ayudar a encontrar a sus hijos y otros desaparecidos.
“El amor de madre es lo que me da la fuerza de aquél anciano, porque lo que yo quiero es encontrar a mis hijos y ayudar a mis compañeras. Ayudarles a buscar. Mi corazón me dice que no me achicopale, que siga adelante, porque sé que si no los encuentro, yo sé que un día me encontraré con ellos allá arriba. Yo siento paz porque yo camino con paz”, dijo,
A pesar de recorrer grandes distancias en el desierto y bajo el sol en búsqueda de sus familiares, Rufina expresó que es una mujer quien encuentra paz y tranquilidad con Dios y está contenta porque comparte tiempo con sus hijas y nietos,
“Sé que Dios me va a dar fuerza para seguir luchando. Siento y pienso que todavía puedo, pero mi cuerpo ya no. La fortaleza y voluntad es de uno mismo”, afirmó.
“Aquí está una viejita con el machete de gordón”
Doña Rufina siempre anda con un machete en mano para buscar y le gusta esta herramienta para trozar el monte y le recuerda cuando de joven se vestía de hombre para trabajar en el campo.
“Yo le quiero decir a mis compañeras y a las madres que tienen hijos desaparecidos, que nosotros sí podemos y no se achicopalen porque aquí está una viejita con el machete de gordón. Y si no me sirve para cortar palos me va a servir para sostenerme. Sí se puede todo pidiéndole a Dios”, mencionó
Hoy para Rufina es un doble festejo, por el Día de las Madres y su cumpleaños 72; está acompañada de sus hijas y nietos, pero con el corazón fragmentado por no saber el paradero de Julián y Emilio y continuará buscándolos hasta, como dice ella, Dios le permita.