Hermosillo, Sonora. 04 de agosto de 2021.-.Hace dos años, el “Bulevar de la Alegría” se convirtió en una inspiración para recuperar parques y camellones en Hermosillo; hoy continúa siendo un atractivo y ejemplo del despertar verde en la ciudad.
Con la firme idea de convertir un espacio en un mini bosque, y de la mano de algunos amigos, el 1 de mayo de 2018 Cristobal Castillo comenzó a plantar diferentes especies y a realizar jornadas de mantenimiento en el camellón ubicado en la calle Santos Degollado, entre bulevar José María Morelos y Valentín Gómez Farías.
“En este lugar había 15 plantas que las dejamos, no las tiramos, y comenzamos a hacer un diseño tipo bosque urbano; ahorita ya se pueden ver los colibríes que son más, las abejas, cómo las plantas se comienzan a arquear y hay más sombra.
Algo que es importante es que el trabajo lo comenzamos en 2018 pero parece que en Hermosillo hubo una ola e iniciamos muchos, los grupos ecologistas, las personas que aman la ciudad, que están haciendo un cambio”.
En 2019, a un año de haber iniciado los trabajos, en Proyecto Puente te compartimos la historia de Cristobal, cómo habían sido los inicios y cómo mantenía en ese entonces este lugar que de pronto se convirtió en un atractivo para sesiones fotográficas o simplemente para pasar una tarde agradable.
Cristobal recordó que comenzó a recibir mensajes y llamadas de personas de Hermosillo, de otros lugares de Sonora pero también de otras ciudades fuera de México que estaban interesadas en replicar el proyecto.
“Les gusta este lugar. Vienen. Es un lugar chiquito y entre todos estamos compartiendo un proyecto con el que podemos lograr que Hermosillo sea un bosque urbano: el factor es el número de personas que lo haremos.
Con 1,000 personas causaremos un impacto que puede dejar una marca pero con 10,000 personas cambiamos la ciudad”.
El creador del “Bulevar de la Alegría” compartió que “este parquecito o bosquecito ha servido de motivación para otras personas y es algo que hizo la naturaleza, yo solo soy el que sale a hablar”.
Actualmente este lugar alberga más de 300 plantas de 48 especies distintas como nopales, salvia texana, moringa oleífera; hay algunas medicinales, otras comestibles y también animales que se alimentan de las flores, como los colibríes.
Cuando se entra al camellón, la temperatura baja automáticamente y, lejos de sentir un calor sofocante, se puede percibir una sensación de frescura, olor a la albahaca, el cantar de los pájaros y una experiencia que se puede multiplicar en Hermosillo si continúan rescatándose espacios como este.