Por Daviana Ley
A sus 15 años de edad, Ramón Alejandro Baez Cota vio un programa televisivo donde se invitaban a tatuadores que mostraban sus mejores trabajos en un concurso. Desde entonces le interesó aprender de forma autodidacta y hoy ya cuenta con su propio estudio.
Como era menor de edad, nadie quiso ser su mentor oficial y tuvo que investigar por su cuenta. Inició tatuando a mano alzada (sin plantillas) en pieles sintéticas y de personas que confiaban en él pese a que les decía que no tenía mucha experiencia, entre estas personas, mencionó que tatuaba a muchos ‘cholos’.
“Había gente a la que le decía ‘te doy un cigarro y un tatuaje gratis’ y ellos de que ‘¡Simón, la oferta del día!’, ahí me la llevé metiendo cholos a la casa todo el día”, así fue durante 4 años entre usar su casa como local o acudir a las de sus lienzos vivientes.
Pasaron 5 años para que Ramón supiera que quería dedicarse a ello. Estudiaba la carrera en Ingeniería en Mantenimiento Industrial, que si ejerció, pero no le apasionaba tanto como el tatuaje y la música, otra actividad de la que vive.
Su familia no lo apoyó durante 7 años porque querían que tuviera una profesión formal, apenas en el año 2020 confiaron en sus sueños de ser ser tatuador profesional, ya que se consiguió un estudio para recibir a sus clientes; hoy en día todavía aprenden a vivir con ello, pero él dice que ya “se rindieron” ante su persistencia.
Ramón tiene una historia: en su momento fue una batalla, pues aunque Ramón tenía carro para ir a la escuela, prefería usar menos dinero en los camiones para invertirlos en equipo, en lugar de llenar el tanque de gasolina y así poder tatuar para obtener más conocimientos sobre este arte.
Ahora después de 8 años ya tiene un estudio muy amplio en un segundo piso, que se convierte en salón de ensayo para el grupo artístico Escena/170 por las noches, mientras que la planta baja es un espacio para que una gran variedad de marcas locales cuenten estantes para vender sus productos: se llama Punto Medio y se ubica en la calle José María Yáñez 164-A, en la colonia Centro.
Tras su preparación autodidacta, detalló que tatúa varios estilos pero lo suyo son los mini-tatuajes, las líneas muy finas y los colores saturados, como los de caricaturas; para conocer más de su trabajo como tatuador y perforador, visita su perfil en Instagram: @estudiotatuajesrb