A finales de noviembre del 2019 un transformador subterráneo, propiedad de la CFE, explotó. Dos menores resultaron con quemaduras en su cuerpo al caer en la “bóveda” y ser alcanzados por las llamas.
En menos de 30 días, otro transformador subterráneo de la CFE explotó, sin que resultaran personas lesionadas de gravedad, pero sí daños materiales, además de afectar a 15 comercios del sector.
En ese entonces, Rubén López Peralta, presidente de la Unión de Comerciantes del Centro de Hermosillo, había advertido de las malas condiciones de plafones e instalaciones que debían revisarse dos semanas atrás del hecho.
Para el 26 de diciembre, Rafael Robles Jáuregui, coordinador de inspectores de la Unidad Municipal de Protección Civil (UMPC) en Hermosillo exhortó a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) a realizar una revisión exhaustiva en las instalaciones eléctricas del centro de la ciudad, a fin de prevenir otro accidente como las explosiones en dos transformadores subterráneos, se había emitido un oficio a la empresa federal.
Hoy, a casi tres meses del siniestro, la familia del joven que resultó más afectado reveló que no han sido indemnizados por la empresa (CFE), mientras que el líder de locatarios Unión Comerciantes Centro Hermosillo denuncia que los representantes legales de la Comisión Federal de Electricidad les respondieron que para reparar el daño ocasionado a los comercios y su operatividad deben demandar; para ello, los comerciantes ya se asesoran legalmente.
“Con el tema de la indemnización, Comisión Federal nos contestó que teníamos que demandar, para poder solicitar dicha indemnización. Estamos ahorita en proceso y en pláticas con algunos despachos de abogados, para que nos representen y poder así demandar a Comisión Federal de Electricidad y solicitar que se indemnice a estos 15 comerciantes, y se pague lo que les costó a ellos operar y las pérdidas que tuvieron en ventas”, declaró Rubén López Peralta.
En un recorrido realizado por Proyecto Puente en las dos zonas, se pudo conocer de voz de los comerciantes que personal de la CFE realizó reparaciones, pero que nunca se han acercado con ellos para explicarles lo sucedido y lo que procede en términos de indemnización.
En la esquina de la Avenida Alberto Noriega y calle guerrero, donde se encuentra el bar Gato Negro, la gente camina como si nada hubiera pasado. En el negocio de aguas frescas enfrente, y la farmacia que está a lado, los empleados prefieren no hacer comentarios.
En la esquina de Juárez y Morelia, cerca del establecimiento de comida Mamba, se encuentra la otra plancha de fierro en la banqueta, casi frente a la puerta, debajo, el otro transformador que explotó en llama, los empleados tampoco quieren hablar. Taxistas que tienen su sitio frente dicen desconocer del tema.