Por Luis Enrique Ortiz
Hermosillo, Sonora.- En Basconcobe, municipio de Etchojoa, Sonora, vive Isaac Nolasco, profesor en la Universidad Benito Juárez, que en sus ratos libres encabeza una resistencia cultural iniciada para proteger la salud de su familia y preservar una forma de producción del pueblo Yoreme–Mayo: la ancestral economía de traspatio sin uso de pesticidas, es decir, agroecológica.

La granja de Isaac inició como una forma de autoconsumo, pero ha generado tantos excedentes que está a punto de convertirse en una empresa rentable que, al mismo tiempo, funciona como una escuela de campo abierta al público.

Es un lugar que se sostiene principalmente con recursos propios, con el fin de enseñar a toda persona interesada en producir una parte de sus alimentos de manera sana y regenerativa en su patio o en cualquier espacio que puedan adaptar en su hogar.
Actualmente, la granja produce hortalizas y huevo de plato sin uso de agrotóxicos que dañen a las personas o al medio ambiente.
Se trata de alimentos nutracéuticos, es decir, saludables y de alto valor nutricional, cuyos efectos positivos ya se notan en algunos seres queridos, que han revertido efectos no deseados de padecimientos como la diabetes y han mejorado la calidad de vida de los mismos.
Isaac Nolasco afirma que la producción de traspatio se ha venido perdiendo poco a poco entre las comunidades indígenas del sur de Sonora, pero que paradójicamente existe un incremento notable en la demanda de alimentos orgánicos.

Esto le da viabilidad económica a la microempresa rural “Recodo de Agua“, un negocio que poco a poco va empezando, y que no sólo representa un ahorro de hasta el 30 por ciento en el gasto alimentario familiar, sino que ya genera ingresos por la venta de vegetales y proteína animal sana y de alta calidad.
Agroecología y modo de producción ancestral, se encuentran y complementan en este proceso de resistencia cultural donde la pequeña economía rural es un modelo amigable con la naturaleza. Por eso, desde Etchojoa, asiento importante del pueblo Yoreme-Mayo, la familia Nolasco resiste, persiste y crece.

En el proceso comparte y difunde conocimientos y herramientas agroecológicas, enseñando extracurricularmente la producción de insumos agrícolas para producir sin agroquímicos, sin erosionar el suelo y con pleno respeto a la biodiversidad.
El profesor universitario encabeza una persistencia que lo ha llevado más allá de los objetivos originales de salud y autoconsumo, lo ha llevado a iniciar una empresa sostenible y sustentable, un faro en la lucha por mantener vivos los saberes ancestrales de los primeros pobladores asentados en la ribera del río Mayo.

Isaac Nolasco cita experiencias de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), para subrayar que más del 70 por ciento de los alimentos mundiales son producidos por pequeñas unidades familiares, la mayoría usando formas donde no se encuentran presentes compuestos sintetizados en laboratorios químicos, sino mediante técnicas amigables con la salud y el entorno, regenerativas.







