Ciudad de México.– La jefa de Gobierno capitalino, Clara Brugada, señaló directamente al empresario Ricardo Salinas Pliego y a grupos de oposición como responsables de la convocatoria y los actos de violencia registrados durante la marcha de la llamada Generación Z, realizada el sábado pasado en la capital del país.
En conferencia de prensa, la mandataria capitalina sostuvo que la movilización no surgió de manera espontánea entre jóvenes, sino que fue promovida con fines políticos.
“Todos tienen derecho a manifestarse, pero esta marcha fue impulsada por la oposición”, afirmó.
Brugada recordó que la Ciudad de México es una capital de derechos y que diariamente se realizan, en promedio, 15 manifestaciones de forma pacífica. Sin embargo, aseguró que la del fin de semana tuvo un origen distinto, pese a presentarse bajo la imagen de un movimiento juvenil.
“La marcha del sábado estuvo impulsada por grupos de oposición, aun cuando se usó la cobertura del nombre de otros movimientos de jóvenes. Lo pudimos ver y contrastar: la convocatoria fue hecha por la oposición”, reiteró.
Señalamientos contra Salinas Pliego
La jefa de Gobierno acusó que detrás de la organización y el llamado a la confrontación se encuentra un “multimillonario molesto por tener que pagar impuestos”, en referencia al empresario Ricardo Salinas Pliego, propietario de una de las televisoras más grandes del país.
“Tenemos que recalcar que atrás de esta convocatoria estuvo un multimillonario que está molesto porque ahora tiene que pagar impuestos y, por cierto, dueño de la concesión de una de las televisoras más importantes del país. Y claro que ha convocado a la violencia”, declaró.
Garantía de libre manifestación, sin provocar violencia
Brugada enfatizó que su gobierno continuará garantizando el derecho a la protesta pacífica, pero advirtió que no permitirá que actores políticos o económicos utilicen este derecho para promover confrontaciones en la capital.
Sostuvo que la marcha del sábado no representa el carácter de las movilizaciones que se realizan diariamente en la ciudad, sino que respondió —dijo— a intereses externos disfrazados de activismo juvenil.
“En la Ciudad de México la gente se manifiesta libremente y en paz. Lo del sábado fue otra cosa”, concluyó.



