Hermosillo, Sonora.– La circulación vehicular y peatonal fue reabierta este viernes en el área donde ocurrió el incendio de la tienda Waldo’s, en el Centro de Hermosillo, luego de varios días de cierre preventivo mientras se realizaban las diligencias correspondientes.
Aunque el tránsito volvió a la normalidad, el lugar aún lucía marcado por el silencio y el respeto. La fachada del inmueble permanecía cubierta y delimitada con conos naranjas, resguardada por personal de la Fiscalía General de Justicia del Estado de Sonora (FGJES) para evitar cualquier alteración en la escena.
Durante la mañana, algunos comerciantes comenzaron a reingresar a sus locales cercanos, después de permanecer cerrados desde el día del siniestro. Un día antes, muchos de ellos habían acudido a la Fiscalía en busca de respuestas sobre el avance de la investigación y sobre la situación de sus negocios, afectados por la tragedia.
En el sitio, el altar que ciudadanos levantaron permanecía intacto, aún con las veladoras encendidas y las fotografías colocadas durante la marcha del día anterior. La imagen era conmovedora: mujeres mayores rezaban en silencio, algunas con lágrimas contenidas; hombres se quitaban la gorra o el sombrero al pasar, en señal de respeto; y madres de familia explicaban a los niños lo que había ocurrido, intentando dar sentido al dolor que todavía se respiraba en el ambiente.

Entre los presentes, Nancy Margarita observaba con tristeza la escena; exigió que las gobiernos “se pongan más abusados” y que todos los comercios sean revisados.
“Que se pongan más abusados, que pongan los transformadores, la Claudia, que se fije muy bien. Todo en general, en general, tienda por tienda que se vaya checando porque es muy peligroso lo que pasó. Pobrecitos. La tristeza, la verdad, es una compasión. Mucha tristeza.”, expresó conmovida.
Dijo haberse enterado del incendio por televisión y no pudo ocultar su pesar al ver de cerca el lugar. “Muy feo quedó, una compasión, la verdad. Una tristeza para llorar esto. Apenas la que no tiene corazón, que tenga muy duro el corazón, apenas sabe lo que es la familia, apenas siente el dolor, lo pesado que se sintió”, comentó.
Tránsito Municipal se encargó de ordenar la vialidad y restringir el paso del transporte pesado para preservar la seguridad de la zona. La FGJES reiteró que la escena seguía asegurada y bajo custodia, mientras continuaban las investigaciones para esclarecer lo sucedido.
A pesar de que el tráfico volvió a fluir, en el corazón del centro hermosillense la herida seguía abierta. El fuego se había extinguido, pero el eco de la tragedia aún ardía entre las calles, las flores marchitas y las miradas que, al pasar, se detenían frente al altar donde la memoria se niega a apagarse.



