Washington D.C.- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó este lunes una orden ejecutiva que busca procesar a quienes quemen la bandera estadounidense como forma de protesta, a pesar de que el Tribunal Supremo ha establecido que esta acción es una forma de libertad de expresión protegida por la Primera Enmienda.
Durante la firma en el Despacho Oval, Trump aseguró: “Si quemas una bandera, tendrás un año de cárcel, sin salidas anticipadas ni excepciones: es un año de cárcel. Si quemas una bandera, lo que estás provocando es incitar disturbios”.
Sin embargo, el texto de la iniciativa no establece la pena de prisión; únicamente instruye a la fiscal general, Pam Bondi, y al Departamento de Justicia a investigar los casos de quema de bandera y aplicar las leyes penales y civiles cuando lo consideren apropiado.
La orden ejecutiva genera un conflicto con la jurisprudencia del Tribunal Supremo.
En 1989, el Alto Tribunal determinó que la quema de la bandera es una forma de libertad de expresión protegida, luego de que el activista Gregory Lee Johnson realizara este acto durante la Convención Nacional Republicana de 1984 como protesta política contra las políticas del expresidente Ronald Reagan.
Trump argumenta que su medida no contradice la Constitución, al señalar que “la Corte nunca ha sostenido que la profanación de la bandera estadounidense realizada de una manera que probablemente incite a una acción ilegal inminente o que constituya ‘expresiones provocadoras’ que inciten a la violencia esté protegida por la Constitución”.
Además, la orden incluye un apartado para que el Departamento de Estado y el de Seguridad Nacional puedan “negar, prohibir, finalizar o revocar visas, permisos de residencia, procesos de naturalización y otros beneficios migratorios, o buscar la expulsión de los Estados Unidos” a migrantes que participen en actos de profanación de la bandera.
Trump afirmó que con estas medidas se busca detener la quema de banderas “de inmediato”, comparando la iniciativa con otra orden que firmó durante su primer mandato para proteger estatuas y monumentos históricos.
“Es lo mismo que cuando firmé la ley de estatuas y monumentos: diez años de cárcel. ¿Has escuchado de ataques a nuestros hermosos monumentos? Desaparecieron”, señaló.