Hermosillo, Sonora.- En cuestión de minutos el agua comenzó a subir y a rodear las casas del fraccionamiento Villas de San Lorenzo, por lo que José Moctezuma Duarte Córdoba, maestro de profesión, miraba cómo su hogar y el de sus vecinos quedaban atrapados por la inundación.
Con su hijo de 11 años dentro y la angustia creciendo, Duarte Córdoba no tuvo más opción que actuar: junto con su suegro, tomó un tubo y comenzó a golpear el muro hasta abrir un paso para que el agua corriera.
“Si no tumbamos esa barda, Dios guarde la hora, hasta allá arriba hubiera llegado el agua”, relató, aún con el recuerdo fresco de esa noche en que arriesgó su integridad pese a padecer dos hernias de disco desde hace dos años.
“De que se inundara la casa y se muriera dentro, prefiero que no se ahogue”, recordó, al contar cómo cargó a su hijo para ponerlo a salvo, en medio de calles que se habían convertido en ríos y con el temor de que la energía eléctrica, que no había sido cortada pese al desastre, provocara una tragedia mayor.
Las pérdidas materiales, sin embargo, fueron inevitables, Duarte Córdoba relató que sus tres automóviles quedaron bajo el agua y hasta ahora se encuentran como pérdida total, sin que alguna autoridad o responsable de la obra haya dado la cara para responder por los daños.
El maestro explicó que deberá cubrir un deducible de su seguro, pero aun así se quedará sin vehículos, un golpe que resiente no solo en su economía, sino en su vida cotidiana y la de su familia.
La vivienda también sufrió destrozos, entre ellos la puerta principal, que fue arrancada por la fuerza del agua.
“Acabo de comprar una puerta de tres mil pesos porque la anterior me la tumbó el agua. Tengo dos noches durmiendo con la reja de afuera nomás”, lamentó.
Aunque brigadas de sanitización acudieron desde el día siguiente a las viviendas afectadas, el maestro aseguró que nunca fue notificado y tuvo que pagar de su propio bolsillo la limpieza de su hogar para proteger la salud de los suyos.
“En el momento no pensamos en otra cosa, solo en el bienestar de mi familia y en rescatar lo más posible”, dijo al recordar cómo, a golpes, abrió paso al agua que amenazaba con tragarse la colonia.
Ahora, entre incertidumbre y frustración, espera una respuesta de las autoridades sobre quién asumirá la responsabilidad por las omisiones que permitieron la construcción de una barda que bloqueó el cauce del agua.
“Es muy frustrante quedarte sin nada por una omisión, y quedarte sin nada en cinco minutos”, expresó.