El 15 de mayo se conmemora el Día Mundial de la Acción por el Clima, una fecha impulsada por organizaciones civiles, comunidades educativas y activistas climáticos de todo el mundo, con el objetivo de visibilizar la urgente necesidad de actuar frente al cambio climático. Aunque aún no ha sido oficializada por las Naciones Unidas, esta efeméride ha cobrado fuerza en el calendario de la sociedad civil como una jornada de reflexión y movilización global.
Los efectos del cambio climático ya no son escenarios futuros, sino realidades presentes: olas de calor, sequías extremas, incendios forestales, inundaciones y pérdida de biodiversidad. Ante esta crisis, cada decisión que tomamos en el hogar o en la escuela puede sumar o restar. Por ello, es fundamental empoderar a la ciudadanía con conocimiento, herramientas y acciones concretas que permitan reducir su huella ecológica y construir comunidades resilientes.
Principales impactos actuales y proyectados:
- Aumento en la frecuencia de eventos extremos: México ha experimentado un incremento en olas de calor, incendios forestales y ciclones. Solo en 2023 se registraron más de 8,000 incendios forestales en el país (CONAFOR, 2023).
- Riesgo para la seguridad alimentaria: Las sequías prolongadas y los cambios en los patrones de lluvia afectan la agricultura y la disponibilidad de agua, especialmente en regiones como Sonora.
- Incremento del nivel del mar: Representa una amenaza para zonas costeras y poblaciones vulnerables.
- Pérdida de biodiversidad: Más del 25% de las especies evaluadas están en peligro por causas relacionadas con el cambio climático (IPBES, 2019).
Por ello, urge tomar acciones desde el hogar. Algunas de ellas son:
- Transición energética doméstica: Usar focos LED, desconectar aparatos electrónicos e instalar calentadores solares.
- Consumo responsable: Elegir productos locales, reutilizar y evitar el consumo de moda rápida (fast fashion).
- Alimentación sostenible: Reducir el consumo de carne roja y aumentar el de vegetales de temporada.
- Gestión de residuos: Separar la basura, compostar residuos orgánicos y reducir el uso de plásticos de un solo uso.
- Cultura del agua: Cerrar llaves, reparar fugas y reutilizar agua de lluvia para riego.
Acciones desde la escuela:
- Educación climática transversal: Integrar contenidos ambientales en todas las materias.
- Proyectos de acción comunitaria: Crear huertos escolares, realizar campañas de reciclaje y conformar brigadas ecológicas.
- Auditoría energética escolar: Medir y reducir el consumo de energía y agua.
El cambio climático no es solo una amenaza ambiental, sino también un desafío ético y social que interpela nuestro modelo de vida. Enfrentarlo requiere transformar nuestros hábitos, exigir políticas públicas coherentes y actuar desde lo local con una visión global.
Lic. Pamela Ibarra Dávila
Presidenta de Cultura Verde A.C.