Hermosillo, Sonora.- En un pequeño taller en el centro de Hermosillo, Juan Cruz Meraz, gastrónomo hermosillense de ascendencia oaxaqueña, elabora chocolate con técnicas y recetas artesanales que han pasado de generación en generación en su familia, una costumbre que buscan preservar.
En entrevista para Proyecto Puente, el gastrónomo contó que desde pequeño habían en su casa diferentes tradiciones, por parte de su madre y su natal Sinaloa, que lo mantenían en el norte de México, pero por el lado de su padre, nacido en Oaxaca, el sur y sus tradiciones lo llamaban.
“Con el tiempo fui estudiando gastronomía y en muchos lugares, llegué a una monotonía, en cuestión de ciertas inquietudes, de que había solo algunas cosas aquí en Sonora, entonces fue cuando tuve la oportunidad de ir a Oaxaca y conocer por primera vez a mi familia”, apuntó.
Juan contó que empezó a ver toda la cultura de la tierra natal de su padre, desde la siembra hasta el proceso de producción, el desgrane del elote, la nixtamalización y el ‘chocolate de metate’.
“Son cosas que se ven en el poblado de Porfirio Díaz, Santa Ana Miahuatlán de Porfirio Díaz, para ellos se ven normales, pero para quienes no estamos acostumbrados o no vivimos en esos lugares, pues son desconocidos”, mencionó.
El gastrónomo reconoció que la primera vez que probó el chocolate que elaboraban sus abuelas, tías y demás familiares, quedó sorprendido, pues no sabía a nada como lo que había probado antes, lo que lo inspiró para empezar a aprender.
“Yo fui justamente a aprender con mis tías y mi abuela en estas fechas, precisamente, que se conocen allá en Oaxaca como Todos Santos, que no se parece a nada de lo que hacemos aquí, y ahí hay muchas fiestas para el Día de Muertos, ellos se manejan así por varias razones”, explicó.
Cruz Meraz rememora esa primera experiencia haciendo el chocolate como una casualidad muy afortunada para él, dado que esas fechas para conmemorar el Día de Muertos en el sur del país son muy especiales e importantes, lo cual lo marcó significativamente.
“Ellas necesitaban a alguien, porque ese día faltó una persona, entonces les dije que yo quería aprender, al final de cuentas, me dije ‘estoy conviviendo con mi familia en Oaxaca’, no puedo perder esta oportunidad.
Cuando empecé a ver lo del cacao, la fruta, el proceso de secado, el fermento, los tipos que hay, pues finalmente quise traerlo y poder dar a conocer que es algo muy difícil, y que por eso valoro lo que cuesta”, culminó.