Desde abril de 2022, el Vivero Municipal de Hermosillo ha producido más de 27 mil plantas, con aproximadamente 4 mil 500 retoños actualmente en espera de donación.
Ramses Rodríguez, técnico especialista en Reproducción de Especies Nativas del Vivero, informó para Proyecto Puente que la disponibilidad de especies ha variado, actualmente ofreciendo 17 variedades distintas.
“El año pasado tuvimos 23 especies en la paleta vegetal, pero empezamos realmente con 12, entonces ha variado más que nada por la disponibilidad de semilla, cómo utilizamos las que son nativas, hay árboles que producen semilla cada dos años, hay árboles que cuando es estación seca no producen semilla; entonces más depender de una voluntad de producir o querer producir, depende del material del germoplasma, de la calidad y de la cantidad”, expuso.
Rodríguez destacó que entre las especies producidas se encuentran el Mezquite, Palo Verde, Palo Fierro, Tésotas, Guayacanes, Torotes, Tabachines de la sierra, Tabebuias, Palo Piojo, Palo Colorado y Palo Blanco, este último siendo endémico de la región sur de Hermosillo hasta Guaymas.
“El Palo Blanco es una especie muy interesante, pues es una de las especies que sí es completamente endémica de esta zona, nada más se produce en la parte sur de Hermosillo y un poquito hacia Guaymas, lo que es San Carlos, y fuera de ahí no hay distribución fuera del Estado, tiene manchones muy específicos”, explicó.
Además, se han trabajado especies xerófilas como Sotoles y agaves, aunque las cactáceas, debido a su lento crecimiento y principalmente su uso ornamental, aún no han sido ampliamente desarrolladas.
“En sí cactáceas no nos hemos dado a la tarea debido a que crecen muy lento, pero sobre todo a que la mayoría son de ornato, no tanto para dar sombra, y el objetivo de la producción del vivero es brindar especies arbóreas que brinden más sombra para atacar las problemáticas de albeo, la temperatura, por las islas de calor”, apuntó.
El vivero enfrenta desafíos significativos, principalmente en la adaptación de las especies a las condiciones de producción y en la educación cultural de los visitantes, muchos de los cuales buscan especies no nativas.
Rodríguez concluyó mencionando que el vivero continúa trabajando para diversificar su paleta vegetal disponible y enfrentar los retos diarios relacionados con los cuidados específicos de cada especie y la educación ambiental de la comunidad.
“Ese es uno de los retos, empezar a tener una mayor diversidad de plantas en la paleta vegetal disponible, la cual tenemos que adaptar a la condiciones de producción. El otro de los retos es sobre la cuestión cultural y ocasional, que implica que muchas de las personas que vienen al Vivero aún vienen buscando plantas tropicales o algún otro tipo de especie que no son nativas”, culminó.