Poco se ha hablado de que además de la exitosa narrativa del presidente López Obrador y sus programas sociales, otro punto estratégico para arrollar a la oposición el pasado 2 de junio tiene que ver con la estrategia de Claudia Sheinbaum y sus operadores a los que les encargó las cinco circunscripciones en que se divide el país.
Su trabajo, sin embargo, no terminó el día de la jornada electoral porque ahora deberán fortalecer la relación de las bases con el partido y el entendimiento con los gobernadores del país, sobre todo los de Morena.
Esa tarea no la hizo el presidente de la República, fue un trabajo fino de la ahora presidenta electa porque para su recorrido por todo el país fue fundamental la participación de los encargados de cada circunscripción desde antes, durante y después de las visitas a los municipios y estados en donde Sheinbaum sacaba compromisos a los asistentes a sus mítines o reuniones para que el día de la elección cada uno de éstos llevara a votar por Morena a diez personas.
Sheinbaum lo pedía, los asistentes empeñaban su palabra y los operadores se encargaron de hacer cumplir el pacto. Todo eso sucedía a ras de piso, mientras el PAN, PRI y PRD dejaban sola a la candidata opositora Xóchitl Gálvez.
Como candidato presidencial, López Obrador hizo un grupo de cinco operadores coordinados por Tatiana Clouthier. Se trata de Marcelo Ebrard, Ricardo Monreal, Julio Scherer Ibarra, Rabindranath Salazar y Bertha Luján, quienes tuvieron la misión de impedir que el PRI de Peña Nieto hiciera una operación electoral fraudulenta.
Seis años después, los operadores de Sheinbaum fueron más allá: a tejer desde abajo trabajando con los delegados de la Secretaría de Bienestar y los partidos locales para hacer la movilización más importante en la elección más grande de la historia.
Ellos son, en su mayoría, políticos de menos de 50 años: Efraín Morales, exsubsecretario de Gobierno de la CDMX, coordinador de la primera circunscripción, integrada por Baja California, Baja California Sur, Chihuahua, Durango, Jalisco, Nayarit, Sinaloa y Sonora.
Néstor Núñez, exalcalde de Cuauhtémoc, tuvo a su cargo la segunda circunscripción, integrada por Aguascalientes, Coahuila, Guanajuato, Nuevo León, San Luis Potosí y Zacatecas. En el círculo de Sheinbaum fue uno de los mejores evaluados después del 2 de junio porque no le tocó un terreno adverso, sobre todo por las primeras cuatro entidades, donde sus resultados sorprendieron.
No se diga por lo que hizo en el último reducto del PRI y el estado donde Samuel García parecía invencible. Nuñez tiene garantizada la diputación local en CDMX y su nombre sonaba como posible coordinador de bancada, pero se dice que el reconocimiento que Sheinbaum le tiene puede llevarlo a un cargo importante en el gabinete.
Aleida Alavez, se encargó al inicio de la tercera circunscripción, correspondiente a Campeche, Chiapas, Oaxaca, Quintana Roo, Tabasco, Veracruz y Yucatán, aunque luego fue sustituida al ir por la alcaldía de Iztapalapa. Leonel Godoy estuvo a cargo de la cuarta circunscripción, conformada por Ciudad de México, Guerrero, Hidalgo, Morelos, Puebla y Tlaxcala. Finalmente César Cravioto, operó la quinta circunscripción, integrada por Colima, Hidalgo, Estado de México y Michoacán.
Independientemente de quienes se queden o se vayan ahora el objetivo es coordinar los trabajos políticos y de agenda entre el gobierno federal y gobiernos locales.
UPPERCUT: Se impuso Alito Moreno a pesar del espíritu del PRI de oponerse a las reelecciones dentro y fuera del partido. Trazó el camino para controlarlo hasta 2030.
POR ALEJANDRO SÁNCHEZ
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